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Reportaje:

¿Comunicación o circo?

Los abogados estrella y la prensa del corazón conviven con más de un centenar de periodistas en el juicio a Tony King

Cecilia Jan

El juicio contra Tony Alexander King, acusado de la muerte de Sonia Carabantes, ha colocado nuevamente un proceso judicial bajo el foco mediático, donde el Derecho queda en un segundo plano. Abogados estrella que se han cruzado en casos relacionados con el famoseo y la prensa del corazón conviven con los más de 100 periodistas acreditados, en una relación de aprovechamiento mutuo que los especialistas en temas penales ven con escepticismo.

Uno de los protagonistas de los dos primeros días del juicio, que se reanuda mañana, fue el defensor de King, Javier Saavedra. Llamó la atención su forma de conducir los interrogatorios, acosando en ocasiones a los testigos en un estilo muy de película americana. También destacó por enfrentarse a algunos periodistas al final de cada sesión, lo que no impidió que explicase ante las cámaras y micrófonos los detalles de la vista que le interesaron.

"Me sobra tele. Estoy en el caso porque me gusta", afirma el abogado de King

La acusación particular, ejercida por José María Garzón en representación de la familia Carabantes, ha tenido una actuación más discreta, aunque el currículo del letrado es llamativo. Además de representar al cantante Al Bano, ha participado en algunos de los casos más famosos de los últimos años: las niñas de Alcásser, el asesino de la baraja, Sandra Palo, Farruquito, y el primer juicio de Rocío Wanninkhof, en el que fue condenada Dolores Vázquez. Y en todos ellos lo ha hecho como acusación particular, un trabajo que según los expertos es normalmente más fácil que el de la defensa, pues gran parte del procedimiento recae sobre el fiscal.

El hecho de que se hable más del letrado que de su propio cliente o del desarrollo del juicio no es casual, para los profesionales consultados. "Son abogados muy mediáticos, que juegan con los medios", opina Carlos Larrañaga, un experimentado penalista de Málaga. "Utilizan a sus clientes para su medro personal. Buscan la fama por encima de todo, para lograr otro tipo de clientes y ganar más dinero".

Saavedra niega que busque la repercusión mediática. "Mi despacho es el que más temas lleva de derecho a la intimidad de toda España", asegura. Su bufete lleva los asuntos de Ana Obregón o Eugenia Martínez de Irujo, entre otros. "Me sobra tele. Estoy en este caso porque me gusta el tema desde el punto de vista técnico". Niega que defienda gratuitamente al británico. "Evidentemente, también estoy porque me ha pagado, a través de su madre". También Garzón rechaza que busque este tipo de juicios. "Al contrario, cuando has salido una vez en los medios, la gente te busca", asegura.

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Lo que parece difícil de creer es que las intervenciones de King el primer día de juicio, el pasado lunes, no estuvieran dedicadas a la prensa. El británico proclamó su inocencia dirigiéndose a las cámaras. Y durante su declaración, hizo una afirmación incendiaria, que apareció en todos los titulares: "La jefa es la puta de Dolores Vázquez", dijo, en relación con una supuesta banda que estaría implicada en la muerte de la joven de Coín en 2003, y también en la de Wanninkhof en 1999 y en la desaparición de la joven de Motril María Teresa Fernández, en 2000.

Los expertos critican la estrategia de la defensa de intentar implicar a Vázquez, que llegó a ser juzgada y condenada por un jurado popular por la muerte de Wanninkhof, aunque el juicio se anuló y ahora ha sido excluida del proceso. "Todo el mundo tiene derecho a la defensa técnica, pero echar la culpa a Vázquez me parece inadmisible, es una falta total de deontología", opina Larrañaga. Saavedra niega que aconsejase al británico esa referencia. "No tengo ningún interés en involucrar a nadie, sólo en defender a King".

Pedro Apalategui, abogado de Vázquez, que llegó a pasar 17 meses en prisión, cree que King "está dirigiendo el amplificador en una dirección muy concreta que le aconsejan, con la pretensión de que continúe el circo". Un circo mediático que "alimenta a gente que se desenvuelve bien en ese terreno, y no tanto en el del ejercicio del Derecho".

Apalategui está convencido de que en el juicio de su cliente, hubo una "fortísima campaña mediática", con debates en los que "pseudoperitos" hablaban de los rasgos que indicaban la culpabilidad de su cliente, y que influyeron en el jurado, "mucho más permeable que un tribunal profesional". Aunque en el proceso actual el bombardeo mediático es menor, también han aparecido las madres de Carabantes y de King en programas como el de María Teresa Campos o el de Ana Rosa Quintana.

El propio Saavedra trata de utilizar el argumento de que los medios, que para él tienen una "grandísima influencia", están convencidos de la culpabilidad de su cliente, mientras que Garzón opina que no condicionan el desarrollo ni el resultado final de un juicio. Pero el peligro de algunos titulares es claro: "Tony King grita su inocencia sin aportar una sola prueba", rezaba un periódico local, invirtiendo de un plumazo el principio básico de la presunción de inocencia.

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Sobre la firma

Cecilia Jan
Periodista de EL PAÍS desde 2004, ahora en Planeta Futuro. Ha trabajado en Internacional, Portada, Sociedad y Edición, y escrito de literatura infantil y juvenil. Creó el blog De Mamas & De Papas (M&P) y es autora de 'Cosas que nadie te contó antes de tener hijos' (Planeta). Licenciada en Derecho y Empresariales y máster UAM/EL PAÍS.

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