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Barroso lanza un plan de reformas para afrontar la globalización

La UE prevé un Fondo de Ajuste de 7.000 millones para superar crisis

Andreu Missé

La Comisión Europea presentará hoy un plan de reformas y medidas específicas para afrontar los desafíos de la globalización con el objetivo de mantener los valores europeos que configuran "la economía social de mercado". Entre las propuestas que presentará el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, destaca la creación de un Fondo de Ajuste para la Globalización, que contaría inicialmente con 7.000 millones de euros.

El nuevo fondo -que será ampliable hasta 11.000 millones de euros y complementario del Fondo Social Europeo- pretende "dar una respuesta rápida, especialmente dirigida a las personas que sufren los problemas más apremiantes de la globalización", como es el caso de los cierres empresariales.

El ejemplo reciente de Hewlett-Packard, aireado por el presidente francés, Jacques Chirac, se ha tenido en cuenta. Otro objetivo concreto de Barroso es lograr un acuerdo para las Perspectivas Financieras 2007-2013 para antes de fin de año, para poder aplicar los programas de "cohesión, investigación, innovación y seguridad", que precisan de un escenario presupuestario de varios años.

El documento, de unas 15 páginas, que hoy presentará Barroso al Parlamento Europeo, es un trabajo de síntesis que ha requerido numerosas revisiones e intensos forcejeos. Se basa en varios textos previos como el elaborado por el ministro de Finanzas británico, Gordon Brown, Europa global: pleno empleo para Europa, y los desarrollados por Vladimir Spidla, el comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Igualdad de Oportunidades y el gabinete del propio presidente.

El documento, que servirá de base para los debates de la próxima cumbre de líderes europeos en Hampton Court, en Londres, el próximo 27 de octubre, ha intentado conciliar el discurso de reformas y liberalización radicales que impulsa Blair con los "valores" más sociales que comparten los distintos modelos europeos.

"Solidaridad y cohesión"

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Según el texto, los distintos modelos sociales europeos comparten una serie de valores como "la solidaridad y la cohesión, la igualdad de oportunidades, la lucha contra toda forma de discriminación, la adaptación de los puestos de trabajo a la salud y la seguridad, el acceso universal a la salud y a la educación, calidad de vida y participación de la sociedad civil".

Otra característica del modelo europeo es "el gran papel del sector público en la organización y financiación de los sistemas sociales nacionales". Así destaca que la Europa de Los Veinticinco destina un 27% de su Producto Interior Bruto al gasto de protección social, frente al 15% de Estados Unidos y 17% de Japón. Otras características europeas son "la dimensión europea" de algunas políticas como el mercado interior y la agenda social, y la fuerte tradición de diálogo entre sindicatos y organizaciones empresariales. El trabajo de la Comisión refleja la deficiente realidad social que hoy vive Europa y que no se corresponde con los ideales de los distintos modelos. Como indicadores de estas ineficiencias figura la existencia de 19 millones de parados, las debilidades en educación, investigación y productividad, las barreras para entrar en el mercado de trabajo y la elevada desigualdad existente entre ricos y pobres en Europa. En este sentido, se señala que un 25% de los ciudadanos viven en regiones cuyo nivel de renta es inferior al 75% de la media de la Unión Europea.

La tesis de fondo que domina toda esta reflexión sobre el futuro de Europa es que estas deficiencias actuales se agravarán por dos nuevos retos: la globalización y el envejecimiento de la población.

Respecto a la globalización, recogiendo muchos de los datos del trabajo de Brown, se subraya el gran reto que suponen la abrumadora presencia de China e India en el panorama económico mundial. China se ha convertido en el mayor receptor de inversión exterior del mundo, cuando en 1990 sólo recibía el 1,4% del total. Destaca especialmente el creciente peso de China e India en el comercio internacional, que en 2020 ya controlarán el 50% del total. Pero su cada vez mayor presencia en los mercados internacionales no se produce con productos de baja calidad sino que cada vez incorporan las tecnologías más avanzadas. El envejecimiento progresivo de la población europea es otro reto que se pone en primer plano por su impacto en la reducción de la producción.

Las medidas previstas afectan tanto a la Comisión Europea como a diversas propuestas que deben ser desarrolladas por los Estados miembros. Entre éstas se destaca la implementación de políticas activas de empleo, como las propugnadas ayer mismo por el titular de Empleo y Asuntos Sociales, Vladimir Spidla, que subrayaba como el empleo europeo había crecido el 0,6% a pesar del escaso crecimiento de la economía.Otras sugerencias propuestas son la sustitución de impuestos que gravan el trabajo por impuestos indirectos y el rediseño de los sistemas de pensiones y de salud. Otras propuestas más ambiguas apuntan a mejorar los salarios de los trabajadores peor pagados, pero todavía están sin concretar.

Por su parte, como tareas para la propia Comisión se fija la necesidad de reforzar el mercado interior impulsando iniciativas tan polémicas como la directiva de servicios, potenciar la apertura de mercados en terceros países para colocar productos europeos a través de la competencia y el equilibrio en el escenario de la ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio.

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