¿Cobardía o prudencia?
En Opinión del lector publicada el 13 de octubre con el título Ordenanzas, el remitente califica como plagas endémicas en la ciudad de Valencia a los gorrillas, motoristas y ciclistas por las aceras. Por mi parte, en carta publicada el día 15, después de calificar como incívico el comportamiento de aquellos ciclistas que circulan por aceras con velocidades inadecuadas, intentaba justificar su utilización en determinadas circunstancias, como de hecho está regulado en otras ciudades. Pero la respuesta del citado lector el día 17 ha sido considerar esto como "vulgar cobardía".
Como la carta se publicó resumida, le acompaño entrecomillado el siguiente párrafo de mi escrito original: "Finalmente opino que lo primero que debería exigirse al Ayuntamiento es hacer cumplir no una simple Ordenanza municipal, sino el Reglamento General de Circulación, que limita la velocidad en vías urbanas a 50 km por hora. Mientras tanto yo, como ciclista urbano, en aquellas calles en que no disponga de carril-bici y la velocidad de circulación de los vehículos en las calzadas exceda de la máxima legalmente establecida, seguiré circulando por las aceras, con velocidad moderada (incluso a paso humano) consciente de que no voy a provocar daño a los peatones, ya que prefiero incumplir las Ordenanzas y exponerme a la sanción correspondiente, que asumir el riesgo de circular por la calzada en las condiciones actuales".
Si a pesar de todo prefiere seguir calificando como egoístas y cobardes a los que actuamos de esta forma está en su perfecto derecho, pero yo y otros muchos ciclistas preferimos adoptar para esta acción el calificativo de prudente.
