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Cuá, el pueblo fantasma

Cuá es una aldea en el extremo occidental de Guatemala, a pocos kilómetros de la frontera con México. Tenía 933 habitantes antes de la llegada del Stan. Hoy es un pueblo fantasma, donde los únicos moradores son los perros de mirada triste, huérfanos de dueño, que deambulan entre aullidos por las calles.

El pasado día 6, el cerro Tuipic que domina la aldea no soportó las lluvias y escupió una andanada de lodo que arrasó todo lo que encontró a su paso. Mario Ortiz Soto, agricultor de 34 años, estaba con su esposa en la iglesia católica. Consiguió ponerse a salvo y pudo ver cómo la avalancha destruía varias casas, la iglesia evangélica y la emisora de radio. Los vecinos rescataron 25 cadáveres. Las autoridades ordenaron la evacuación de Cuá, echaron cal donde podía haber cadáveres sepultados y prohibieron el acceso al pueblo.

Los habitantes se reunieron en un local de la vecina Tacaná para discutir el futuro. El alcalde dijo que podían regresar, aunque advirtió de que había riesgo de contaminación y de que el pueblo estaba sin luz. "No queremos dejar este lugar, aquí nacimos, pero necesitamos que alguna institución o gente de fuera nos ayuden a reconstruir la escuela y las iglesias", suplica Ortiz junto a los restos de la radio, que conserva el cartel de La Voz de los Ángeles, 104.9 FM.

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