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Crónica:DE LA NOCHE A LA MAÑANA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Después del eclipse

Millones de personas contemplaron el otro día el eclipse en la calle y en directo, cuando lo daban puntualmente en televisión sin otros riesgos oculares que la programación de relleno para un tránsito tan efímero

Hasta 2026

El día del eclipse, mientras se hacía una cierta oscuridad en plena mañana, pensé no sin un pasajero agobio que muy probablemente era el último que veía en mi vida, una cosa más, me dije, de las muchas que sucederán ajenas a tu ausencia. El día siguiente, algo más tranquilo con la noche de por medio, me fascinó el reportaje fotográfico en las páginas de este diario sobre el asunto. Se reproducía, como es natural, la foto del momento cumbre del eclipse, apenas un círculo en el interior de otro con un reborde blanco. Más interés tenían otras instantáneas. Una musulmana observa el apagón solar a través del burka, aunque provista de las gafas adecuadas. Un recio pastor portugués, también con gafas de reglamento contempla la misma cosa al frente de su rebaño de ovejas asombradas que miran al cielo, exactamente igual, aunque algo más pasivas, que una multitud de personas que observa el acontecimiento desde Alcobendas.

La faraona de Camas

Lejos de hacer un hipotético honor a su apellido, la ex concejala del ayuntamiento de Camas (Sevilla), Carmen Lobo, tendió una trampa de bar a un tiburón de la construcción que precisaba de su voto para, pleno a pleno, llenarse todavía más los bolsillos y hacer una oferta a la desinteresada que, en su opinión, no podría rechazar. Nada menos que resolver su vida, con lo cara que está, la de su hija y la de las siguientes veinte generaciones de su familia. La mujer grabó esa conversación inaudita, a la vez que muy oída ya en muchos despachos de este mundo, y citó al empresario en otro bar para recibir el primer anticipo de lo que el empresario suponía un suculento acuerdo, doce mil euros que Carmen se apresuró a entregar a la policía al tiempo que destapaba todo el asunto. No cundirá el ejemplo, porque para muchos concejales una legislatura es el plazo marcado para enriquecerse. Pero Carmen Lobo tiene más valor que Curro Romero. Y más vergüenza torera.

Ancho y ajeno

Sucede que mirar el mundo desde el relativismo de las vicisitudes de Gulliver, ese profeta de una globalización un tanto silvestre, contribuye a cualquier cosa excepto a entenderlo. Que en el Noroeste español políticos de mucha trayectoria y no menos intereses anden a la greña con sutiles distingos entre nación y nacionalidad tiene poco que ver con los estremecedores intentos de miles de africanos por saltar la enorme valla que les separa de Europa, que es un paraíso si la ves a través de las imágenes de televisión en horas distintas a las de los telediarios. Una simple gripe puede llevar a una persona a perder todo lo que tiene, su vida, y eso siempre será más importante para la víctima que la aritmética parlamentaria ante una votación de muchas consecuencias. Salvo que se vote, y estamos otra vez con Gulliver, el paquete de medidas destinado a evitar que la gente fallezca de gripe, etcétera.

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Ued-Lau

Recuerdo que así se llama una breve y polvorienta aldea marroquí situada a pocos kilómetros hacia el Este de Ceuta, donde pasé unas asombrosas vacaciones hace algún tiempo y desde donde, por cierto, según relato de un anciano del lugar que hablaba catalán porque hizo la Guerra Civil con las tropas de Franco en los alrededores de Reus, salió de manera clandestina el general Ufkir con la intención de asesinar a Ben Barka en París. No he vuelto por allí, pero el otro día, en el programa de una tele sobre el desastre de la inmigración sureña, me pareció reconocer su playa Sur, la que se une a la desembocadura en pendiente de un río por la que nos deslizábamos entonces hasta el mar como en un tobogán de la naturaleza. Parece que también desde allí zarpan ahora las pateras, en un rodeo de ensueño transmutado en pesadilla de ahogados que ofrecen su espalda inmóvil a un sol de muerte.

Luces de la ciudad

Por lo demás, el eclipse vino y se fue sin que, al parecer, haya ocasionado desastres irreversibles, y la verdad es que parece ya que nunca hubiera sucedido. Lejos los tiempos en que un acontecimiento de esa índole generaba trastornos de mucha consideración, esta vez ha funcionado como breve paréntesis que deja tanta huella como una salida al cine. Acaso en relación con ese componente efímero, la alicantina Ciudad de la Luz ha invitado a directivos de la Warner, la Universal y la Fox, nada menos, a visitar sus estupendas aunque poco activas instalaciones. Visita de la que han salido más contentos que unas pascuas, quién sabe a santo de qué, haciéndoles asegurar que se trata de "los mejores estudios y lugares para rodajes del mundo". Estamos en el mismo Hollywood imaginario de siempre. Y sigue sin caer una gota entre tanta charlotada.

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