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El 20% de los embalses del Mediterráneo almacena sólo fango y agua no potable

Los pantanos descienden hasta el 41,4% de su capacidad, el peor registro desde 1995

Los embalses continúan descendiendo y ya están al 41,4% de su capacidad. La peor parte de la sequía se la lleva la vertiente mediterránea, con los pantanos al 32%. Pero no toda el agua es utilizable. Un 20% de los embalses destinados a consumo de la vertiente mediterránea está a menos del 10%, es decir, sólo contienen fango y agua inservible al estar por debajo del nivel de extracción. Es lo que los ingenieros denominan embalse muerto. Pero la situación se hace incluso más dramática en cuencas como la del Segura. Allí, sólo son útiles 100 de los 140 hectómetros que en teoría almacena. La Comunidad de Madrid asegura que 171 hectómetros de los 390 almacenados son inservibles.

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Los datos ofrecidos ayer por el Ministerio de Medio Ambiente en el boletín hidrológico que edita cada semana ofrecen varias lecturas, la mayoría preocupantes. La falta de lluvias que comenzó hace un año y que ha provocado el peor año de lluvias desde que existen registros amenaza con continuar. La semana pasada cayeron 0,9 litros por metro cuadrado en España, un 11% de lo que es normal en esta semana del año, según la media histórica.

Los embalses continúan su inexorable descenso desde abril y ya están al 41,4% de su capacidad, un nivel que no se daba desde 1995. Hace exactamente un año los pantanos estaban al 58%. El dato del 41,4% es malo, pero además es engañoso porque la situación no es uniforme. Mientras los embalses del País Vasco están al 66,7%, los del Segura (Murcia, Alicante, Albacete) están al 12,4%, los del Júcar al 19,4% y los de Cataluña al 27%. En la última semana, los embalses han perdido 620 hectómetros. Un hectómetro cúbico es un volumen similar al del estadio Santiago Bernabéu.

Pero los datos siguen siendo engañosos, porque incluyen el embalse muerto, el resto de agua que queda por debajo del nivel de extracción y la mezcla de fango de los sedimentos del río: un agua inservible. "Las presas se construyen con varias salidas de agua que se usan según el nivel del embalse. La más baja se construye a unos siete u ocho metros de altura para evitar que los sedimentos que trae el río la taponen. Bajo esa salida hay agua, pero no se puede usar porque está bajo el nivel de salida. Es el embalse muerto y bombear el agua no tiene sentido", explica el catedrático de Presas de la Universidad Politécnica de Madrid y decano del Colegio de Ingenieros, Florentino Santos.

Presas al límite

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Juan Guillamón, ingeniero y ex presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, explica que casi un 10% del embalse, dependiendo de su diseño y la orografía, no se puede utilizar. Siguiendo ese criterio, 15 de los 57 embalses de uso humano de las cuencas Sur, Segura, Júcar y Cataluña, están prácticamente al límite.

Hay casos flagrantes. El pantano de la Fuensanta tiene capacidad para 210 hectómetros y sólo siete almacenados; en el de Valdeinfierno "se puede jugar al fútbol", según explica gráficamente el comisario de Aguas del Segura, Manuel Aldeguer. Al menos 40 de los 140 hectómetros que hay en el Segura no se pueden usar. El embalse de Cuevas de Almanzora (Almería) tiene un hectómetro cúbico de agua y capacidad para 168. El de Bellús (en el Júcar) tiene dos hectómetro de agua y puede almacenar 69. Como explica Santos, "todos los embalses nacen agonizando", porque los sedimentos del río van reduciendo cada año su capacidad útil.

Los regantes del Segura han pedido a la confederación que bombee el agua desde el embalse muerto. El presidente de la confederación, José Fuentes Zorita, dependiente del ministerio, se ha negado: "No es aceptable vaciar del todo los embalses. Tenemos que mantener una cantidad mínima". Esta cantidad sirve para evitar que haya bolsas de agua aisladas en las que puedan proliferar bacterias y mantener un mínimo por si es necesario tomar agua de los pantanos en caso de incendio, informa Tono Calleja.

El Canal de Isabel II, que abastece a Madrid, ha denunciado que padece una situación similar. Los embalses que abastecen a Madrid tienen 390 hectómetros (el 41,3% de su capacidad), pero de ellos, 171 son lodos y agua que no puede usarse para el consumo. Los embalses de abastecimiento a Madrid pierden unos dos hectómetros diarios.

Para aumentar la capacidad de abastecimiento, el Ministerio de Medio Ambiente quiere que Unión Fenosa deje de producir energía en cuatro embalses del Alberche y así disponer de todo el caudal del río para abastecer a Madrid. La Confederación Hidrográfica del Tajo, organismo encargado de la gestión del agua, ha confirmado que está negociando con la empresa eléctrica para revisar las concesiones que tiene en los embalses de El Burguillo, San Juan, Picadas y El Charco del Cura, informa Daniel Sánchez.

La Comunidad obtiene en este momento entre 100 y 120 hectómetros cúbicos de agua del río Alberche al año, que transporta a Madrid a través del trasvase de Picadas. Este acueducto sólo se pone en funcionamiento en periodos de escasez. Sin embargo, fuentes de la Confederación aseguran que las bombas y tuberías del trasvase tienen, al menos, capacidad para otros 100 hectómetros cúbicos adicionales. La suma de estas dos cifras supone más de un tercio del agua que se consume en la región cada año, algo más de 600 hectómetros cúbicos.

El embalse de Boadella, en la cuenca del río Muga, en Girona.
El embalse de Boadella, en la cuenca del río Muga, en Girona.EFE
El embalse de Corumbel, en La Palma del Condado (Huelva).
El embalse de Corumbel, en La Palma del Condado (Huelva).EFE

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