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La Capilla de la Catedral de Pamplona graba ocho siglos de música en Navarra

Nunca antes se había grabado una obra tan completa cronológicamente sobre la música navarra como la presentada recientemente en Pamplona por la Capilla de Música de la Catedral Metropolitana, la agrupación musical más antigua del Viejo Reyno, fundada en 1206.

La Capilla, dirigida desde hace 43 años por el maestro Aurelio Sagaseta, el mayor experto en música de la comunidad foral, ha presentado su Paseo musical por Navarra-Musika Ibilaldia Nafarroan Barna, un conjunto de 20 piezas que abarcan la tradición musical popular y culta, profana y religiosa, en euskera, castellano, francés y latín desde el siglo XIII hasta el XX. La grabación nació a propuesta de una institución tan poco vinculada a la música como la Cámara de Comptos de Navarra, el órgano fiscalizador de la autonomía, que cumple estos días el 25º aniversario de su restablecimiento y buscaba un buen regalo institucional convertido ahora en pequeña obra de arte.

Catorce de las veinte piezas que incorpora la obra han sido grabadas por la Capilla de Música de la Catedral de forma expresa para este disco. El resto son temas que ya habían sido registrados en obras anteriores del conjunto catedralicio.

Divulgación

La propia Catedral, la Colegiata de Roncesvalles, la iglesia de Santo Domingo de Pamplona y los estudios del Conservatorio Superior Pablo Sarasate fueron el escenario de unas grabaciones que incluyen títulos populares como Goizean diru kontatzen (siglo XVIII) o Nere maitia (siglo XVI), dos piezas de la pianista Emiliana Zubeldía; anónimos como Garizuma luzerik (siglo XVIII); canciones de la Baja Navarra (Artzai Ona, de Charles Lesbordes), o piezas de destacados compositores navarros como Fernando Remacha (Elegía sin palabras) o Pascual Aldave (Benedicta es tu).

Este decimoprimer disco grabado por la Capilla de Música de la Catedral de Pamplona supone para su director "un impulso a la divulgación del rico patrimonio musical navarro, configurado con criterios geográficos y cronológicos globales". Sagaseta destaca la belleza del motete Veni de Libano (Fernando de Amátriain; 1710), del Archivo de Roncesvalles, y la adaptación de la vibrante chanson medieval de Teobaldo I Seigneurs, sachiez (1239) a un lenguaje actualizado.

El disco contiene además piezas como Orriako Ama, una canción de P. Narbaitz, canónigo de la Catedral y vicario general de Bayona, condecorado en su día con la Legión de Honor por el Gobierno francés, quien escribió la melodía de admiración a la Virgen de Roncesvalles. A ella se suman las sevillanas A la Virgen del Camino, de Hilarión Eslava (siglo XIX) y piezas de Andrés Sola (XVII), Urbán de Vargas (XVII), Mariano García (XIX), y José de Vaquedano (XVII).

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