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Extraídas 40 toneladas de algas del Ebro para eliminar la plaga de mosca negra

La mosca negra se ha convertido en el último quebradero de cabeza para los habitantes de las orillas del Ebro. La Generalitat combate esta plaga, que ya ha causado más de 1.000 atenciones médicas por picadura, extrayendo del río unas 40 toneladas de un tipo concreto de alga que prolifera en la zona, y que es el principal medio de cría de estos insectos de la familia de los dípteros.

Ante la imposibilidad de plantear una fumigación masiva en la zona, el delegado de la Generalitat en las comarcas del Ebro, Lluís Salvadó, asegura que lo único que cabe es recabar tanta información como sea posible de otros puntos de Europa con un problema similar. Esto es lo que hasta hoy está haciendo el Ejecutivo catalán, al que la plaga ha cogido a contrapié. De momento, la batalla contra la mosca negra la gana el insecto, que se reproduce por millares gracias a la buena temperatura y también a la mejor calidad del agua del río. "En aguas contaminadas este insecto no sobrevive", comenta Salvadó, y añade que con unas aguas aún más saneadas sobrevivirían también en el río los depredadores naturales de la mosca negra, como las sanguijuelas.

El plan de choque para este verano ha sido tratar de eliminar cuantas algas sea posible. "Pero es imposible quitarlas todas", dice el delegado, que también califica de "plaga" a estas plantas que nacen en el lecho del río y crecen en ocasiones hasta los siete metros buscando la luz de la superficie. De hecho, son ya un problema para la navegabilidad del Ebro.

Picadura dolorosa

La mosca negra, Simulium erithrocephalum, causa una dolorosa picadura contra la cual los repelentes tradicionales no son efectivos. Salvadó comenta que hasta que una farmacéutica de Benissanet (Baix Ebre) ideó un remedio, no había forma de protegerse contra el insecto, cuya presencia en los márgenes del río no es extraña. Sin embargo, este año ha extendido enormemente su hábitat, y ha habido casos de picaduras en lugares tan alejados del río como Gandesa (Terra Alta).

Hoy por hoy, toda la ribera del Ebro en Cataluña está repleta de moscas negras, aunque su actividad se limita a dos franjas horarias concretas: de 7.00 a 9.00 y de 19.00 a 21.00.

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Durante el próximo mes, un equipo de científicos de la Generalitat se reunirá con expertos franceses en la lucha contra estos insectos, que proliferan en las aguas estancadas del sureste francés. Así, Salvadó asegura que el año próximo podrá afrontarse la plaga con antelación y más eficacia, aunque las administraciones catalanas ya se han puesto en contacto con la Confederación Hidrográfica del Ebro para estudiar la posibilidad de aumentar el caudal del río con avenidas de agua controladas, algo que reduciría sensiblemente la proliferación de las algas.

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