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CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Oasis reúne a 32.000 personas en un fin de fiesta del FIB dominado por Nick Cave

María Fabra

Esperaban a Oasis. Y encontraron a Oasis. El escenario verde del festival de Benicàssim se presentó, a medianoche del domingo, con un repleto aforo. El mayor, con diferencia, de los conseguidos hasta ahora. Con alrededor de 32.000 personas entregadas a los hermanos Gallagher, que no se complicaron y apostaron por los grandes éxitos para mayor gloria y veneración. Poco importaba que el sonido no fuera el mejor, que la peculiar voz de Liam pareciera resentida a mitad de concierto, que su atuendo se asemejara al de un dominguero en la playa, bermudas y camiseta a rayas incluidas, o que pocos entendieran sus bromas. La noche era de Oasis, y así lo demostraron con una apoteosis en la que enlazaron Rock and roll star, Wonderwall y Don't look back in Anger, para cerrar con My generation. Pero la muestra de otro tipo de grandeza había ocurrido ya. La impecable puntualidad de los conciertos del FIB se resintió por "culpa" de un indiscutible Nick Cave y sus Bad Seeds, que no pudieron bajarse del escenario en el tiempo previsto. Descubrimiento para algunos, confirmación para otros, el del australiano fue uno de los conciertos más potentes de este festival. Impecable. Con una energía envidiable, comenzó con un rabioso Get ready for love y acabó con un incontestable Stagger Lee al más puro estilo Cave, repleto de dramatismo, electricidad y elegancia.

Tras estas dos entregas, Kasabian y Lcd Soundsystem cogieron el testigo y mantuvieron al público en danza hasta el final, mientras en los otros escenarios se trataba de alimentar las fuerzas, ya muy mermadas, de los fibers. Quienes sí lo consiguieron fueron la ex Moloko, Roisin Murphy y, un rato después, su productor, Matthew Herbert. En el Hellomoto, la primera aún dio algún momento de tregua, aunque la mayoría de sus temas sonaron mucho más bailables que en el disco Ruby blue, pero el segundo debió decidir que con él se acababa el mundo.

Nick Cave, durante su concierto en Benicàssim.
Nick Cave, durante su concierto en Benicàssim.ÁNGEL SÁNCHEZ

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