Momentos de confusión
La Bolsa española ha cerrado la semana en un ambiente de confusión con el que poco tienen que ver los acontecimientos externos.
La proximidad de las vacaciones se deja sentir en el volumen negociado, en claro descenso desde hace dos semanas, y en el interés de los inversores, que deshacen posiciones aprovechando la altura de algunas cotizaciones sin que nadie tome el relevo.
El Ibex 35 terminaba ayer prácticamente en tablas, con un descenso del 0,03% que le permite mantener el nivel de los 10.000 puntos, mientras que el Ibex de empresas medianas ganaba el 0,46%, y el de empresas pequeñas, el 0,41%.
El centro de la atención de los inversores está, en los últimos días, en torno a los grandes valores del mercado y algunos de ellos pasan en estos momentos por una situación delicada. Si se confirma finalmente, la entrada de France Télécom en el mercado español no es una buena noticia para Telefónica, mientras que la retirada del BBVA de su aventura italiana cuestiona las expectativas de beneficios para este año y los próximos, pues se esperaba que BNL aportara al grupo 200 millones de euros en 2005, 600 millones en 2006 y 700 en 2007. Las plusvalías de la operación son ahora el único argumento ante un futuro que ha dado marcha atrás en pocos días. El Banco SCH, por su parte, parece el único beneficiado si se consuma la venta de Amena, aunque el mercado sigue pendiente de los asuntos judiciales de la entidad.
Así las cosas, los grandes valores muestran cierta debilidad en sus posiciones actuales, lo que explica las numerosas dudas de los inversores en los últimos días y que el mercado español se haya descolgado en parte de la serie de máximos anuales de las bolsas europeas. Francfort completó ayer un pleno con cinco máximos anuales en la semana, mientras que París cedía el 0,23%.
El mercado continuo negoció un total de 2.278,12 millones de euros, de los que 1.843,63 millones procedían de las operaciones "abiertas".
