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TERROR EN LONDRES | Las víctimas

La policía aún no sabe cuántos cadáveres quedan en el túnel de King's Cross

El número de fallecidos llega a 50, pero las autoridades aseguran que podría ser superior

Tras la tragedia general de los atentados del jueves, ayer empezaron a asomar los dramas personales: familiares y amigos de los desaparecidos empiezan a temer por la vida de hijos, padres y parejas que siguen sin regresar a sus casas ni dar señales de vida. La policía confirmó ayer la existencia de 49 víctimas mortales y afirmó que la cifra superará con toda seguridad los 50. Entre ellos puede haber bastantes extranjeros. Se sabe que, además de británicos, hay muertos de Sierra Leona, Australia, Portugal, Polonia y China. Ningún español se encuentra en la lista de fallecidos y heridos de gravedad, según informó el consulado en Londres, a pesar de que llegaron a notificarse hasta 600 personas desaparecidas que han sido localizadas.

Ningún español se halla en la lista de fallecidos y heridos de gravedad, según el consulado
La oficina de personas desaparecidas recibió más de 100.000 llamadas
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Las bombas estaban en el suelo de los vagones

Los hospitales protegen la privacidad de los heridos, pero los familiares y amigos de los ausentes acuden a sus puertas y muestran a los medios de comunicación fotografías de sus seres queridos. Es su última esperanza para saber de ellos. Tal vez se hallen extraviados en la cama de algún hospital, vagando sin rumbo por la ciudad o en alguna morgue en espera de su identificación.

Hay aún muchos desaparecidos. Se teme que aún pueda haber bastantes víctimas por contabilizar en el túnel angosto por el que circula la línea de Piccadilly, y que da al metro londinense su sobrenombre por el que es conocido: The tube, el tubo por el que circulan embutidos los pasajeros a apenas a unos palmos del techo y de las paredes.

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No se sabe cuántos cadáveres puede haber aún entre las estaciones de King's Cross y Russell Square. El techo amenaza con derrumbarse y los servicios de rescate entraron allí para llevarse a los heridos, pero dejaron a muchos de los muertos para garantizar la seguridad de quienes tienen la tarea terrible de retirar cadáveres y escombros. Contaron 21 muertos, pero puede haber más. ¿Cuántos más? No está claro, aunque se estima que el total de fallecidos en los atentados del jueves superará los 50 pero no se acercará al centenar.

Pero es difícil aventurar cifras dada la opacidad del Gobierno británico, que el jueves habló de dos muertos en el autobús de Tavistock Square y ayer elevó esa cifra a 13, incluido el terrorista, no se sabe aún si suicida. Que el jueves dijo que sólo había británicos entre los fallecidos y ayer llegó a hacer una estimación de 30 extranjeros muertos, que luego retiró.

A Andy Hayman, el responsable de la rama antiterrorista de Scotland Yard, le preocupan los roedores, muy abundantes en los túneles de un metro construido cuando aún vivía la reina Victoria, y que quizás estén dándose un macabro festín.

Entre las personas desaparecidas está Mike Matsushita, de 37 años, un guía turístico que se afincó en Estados Unidos cuando sus padres huyeron de Vietnam y que dejó Nueva York y volvió a Vietnam tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Acababa de instalarse en Londres, siguiendo a su novia, una compañera de Islington, uno de los barrios londinenses más en boga. Mike Matsushita empezó el miércoles a trabajar como guía turístico y cogió el metro en King's Cross camino de la oficina. No se ha vuelto a saber de él, explicaba ayer el vespertino Evening Standard.

Tampoco se sabe nada de Neetju Jain, analista informática de 36 años, que le dijo a su novio Gous Alí, de 33 años, que iba a coger el autobús en la estación de Euston tras ser evacuada de la estación de King's Cross.

Es el caso de Jamie Gordon. Su compañera Ivonne Nash, de 30 años, teme que haya muerto en el autobús de Tavistock Square. "Intentamos seguir aguantando. ¿Estará muerto? ¿Estará vivo? El no saberlo es algo horroroso", explicó a la BBC. Jamie no ha sido visto desde que llamara a su trabajo para decir que estaba en el autobús entre Euston y King's Cross.

La oficina de personas desaparecidas de Scotland Yard ha recibido más de 100.000 llamadas y el jefe supremo del cuerpo, Sir Ian Blair, ha pedido a los ciudadanos que vuelvan a contactar con la policía cuando sepan que la persona a la que buscaban ha sido encontrada. Afortunadamente ese es el caso de la inmensa mayoría de las desapariciones denunciadas.

El consulado de España en Londres, que al igual que la embajada permaneció abierta toda la noche del jueves y también mantuvo personal de servicio anoche, ha recibido la notificación de 600 notificaciones. Anoche estaban resueltos todos los casos y eso reduce sensiblemente las posibilidades de que haya españoles entre los fallecidos, aunque es algo que aún no se puede descartar.

Pese al drama de estos días, el alcalde Londres, Ken Livingstone, hizo ayer un llamamiento a los londinenses para que no tengan miedo: "El lunes iré a trabajar en metro, como hago siempre", dijo al llegar procedente de Singapur, donde había vivido la alegría de la designación de su ciudad como sede de los Juegos Olímpicos de 2012. Los terroristas podían haber dificultado esa designación haciendo explotar las bombas unos días antes, pero no parece que ése fuera su objetivo. Según el Gobierno británico, el motivo era la cumbre del G-8. Los Juegos fueron, en todo caso, el colofón perfecto.

El príncipe Carlos de Inglaterra conversa con un herido ingresado en el hospital St Mary's.
El príncipe Carlos de Inglaterra conversa con un herido ingresado en el hospital St Mary's.REUTERS
La duquesa de Cornwall, Camila Parker, charla con otra de las víctimas hospitalizadas tras el atentado.
La duquesa de Cornwall, Camila Parker, charla con otra de las víctimas hospitalizadas tras el atentado.ASSOCIATED PRESS

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