_
_
_
_
_
Crítica:CANCIÓN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Volver, volver

Acabó Alejandro Fernández con la célebre ranchera Volver, volver, que popularizara hace años su padre, el famoso cantante mexicano Vicente Fernández, al que sus compatriotas llaman Don Chente. Un cierre de concierto que era toda una metáfora. El estilo que predominó todo el rato fue la balada romántica hasta el empalago, la que no se aparta un ápice de la que se practicaba hace 20 o 30 años.

Una vuelta a una música que vuelve a caer en los tópicos del amor -"no me basta el mundo para darte", "me dediqué a perderte porque no te llené de mí cuando aún había tiempo", "qué voy a hacer con todo este amor que no cabe en mi pecho" son algunas de las frases que salpican sus canciones- con ampulosos arreglos musicales servidos por una muy profesional orquesta.

Alejandro Fernández

Alejandro Fernández (voz) y gran orquesta. Artistas invitados: Piraña (cajón), Niño Josele (guitarra flamenca), Malú, Amaya Montero y Diego El Cigala (voces). Palacio Municipal de Congresos. Madrid, 22 de junio.

Pero, a pesar de todo, y de esa delgada línea roja que hay entre lo sublime y lo cursi que el cantante rebasó en algunos momentos, es de justicia remarcar la enorme capacidad artística de Alejandro Fernández. Tiene un chorro de voz heredada de su padre, y explota su buen porte de macho latino con un vaquero ajustado, coleta, sombra de barba de unos días, americana, una camisa deliberadamente descolocada, profusión de pulseras y collares y unas botas de piel de serpiente con punta y tacón.

Su concierto estuvo abarrotado de gente que le mostraba constantemente su afecto, cantaba sus canciones y gritaba con cada guiño. Su disco, A corazón abierto, ha rebasado ya las 50.000 copias vendidas, lo que le ha valido su primer oro español.

Invitó al escenario a Amaya Montero, de La Oreja de Van Gogh; a Malú y a Diego El Cigala, con el que se produjo uno de los momentos más interesantes al pasar Como quien pierde una estrella a rumba con la música del mariachi a tope. Se despidió vestido de charro desgranando clásicos del cancionero mexicano como Granada, El rey (de su padre), México lindo y querido, Me cansé de decirte y Volver, volver con todos los recursos de su voz en esplendor.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_