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El perro que mató a una niña en Sitges no está registrado en el Ayuntamiento

El Ayuntamiento de Sitges (Barcelona) ha confirmado que tiene censados en su registro municipal una veintena de perros pertenecientes a razas potencialmente peligrosas, pero que ninguno de ellos es el akita inu que el pasado domingo agredió y mató a una niña de dos años en una barraca de la población. La ley obliga a los poseedores de estas razas de perros a registrarlos en los ayuntamientos para obtener la licencia, a ser mayores de edad, no tener antecedentes penales, disponer de un certificado de capacidad física y psíquica y tener suscrito un seguro de responsabilidad civil.

En cambio, el animal, que se encuentra en la perrera de Vilanova i la Geltrú por orden judicial, sí tenía correctamente cumplimentada la cartilla de vacunación y también llevaba el preceptivo microchip de identificación para conocer la identidad de su propietario. Según la versión del propietario, que es el compañero sentimental de la madre de la niña, el animal se lo regaló un compañero que, dijo, ya no podía seguir cuidándolo. Esto explicaría por qué el hombre ha podido tener un akita inu sin disponer de los documentos que por ley son imprescindibles. La Guardia Civil ha asegurado que el hombre no había pasado el test psicotécnico y tampoco disponía del seguro de responsabilidad civil, imprescindible para hacer frente a posibles daños a terceras personas.

La madre de la niña y su compañero, que tienen unos 30 años, son usuarios habituales de los servicios de Bienestar Social del Ayuntamiento de Sitges por la precariedad económica en la que viven. Los abuelos paternos de la niña han puesto una demanda judicial contra la madre de la menor "por absoluto descuido y negligencia" en el cuidado de la menor.

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