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CRISIS EN EUROPA

Reino Unido estudia suspender la prevista consulta popular

El Gobierno de Blair intenta aplazar la ratificación del tratado europeo

El ministro británico de Exteriores, Jack Straw, dejará muy probablemente en suspenso el lunes el proyecto de ley de ratificación de la Constitución europea y la consiguiente convocatoria del referéndum, sin esperar a una decisión común del Consejo Europeo. En una declaración en los Comunes, Straw dejará claro que esa suspensión es consecuencia del no de franceses y holandeses al texto constitucional y no un desapego del Gobierno británico al tratado europeo.

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La decisión de suspender la ratificación se da ya por hecha desde hace días en el Reino Unido, donde la única duda que quedaba es la manera de anunciarlo. El primer ministro, Tony Blair, no quiere que su Gobierno dé por muerta la Constitución, pero difícilmente puede esperar dos semanas, hasta que se reúna el Consejo Europeo en Bruselas los próximos días 16 y 17, para suspender una consulta que a estas alturas se considera impensable.

El jefe de la diplomacia británica no hizo alusión al proceso de ratificación al evaluar el miércoles por la noche los resultados del referéndum holandés. Pero sus ambiguas palabras parecieron sobre todo una señal de que el Reino Unido no considera posible la ratificación en las actuales circunstancias. "El primer ministro y yo hemos dejado claro desde hace tiempo que el Tratado Constitucional es bueno para Reino Unido y para la Unión Europea. Pero el veredicto de estos referendos plantea ahora profundas cuestiones para todos nosotros acerca de la futura dirección de Europa", dijo Straw.

La posición oficial del Gobierno es que "sólo habrá referéndum si hay una Constitución que votar". Pero Londres considera un absurdo que se mantenga en marcha un proceso de ratificaciones que tiene muchas posibilidades de convertirse en un rosario de rechazos en las actuales circunstancias. Luxemburgo, el país más integracionista de la Unión Europea, parece dispuesto a mantener la convocatoria de su referéndum, prevista para el 10 de julio. Otra consulta con fecha fijada de antemano es la de Dinamarca (27 de septiembre), mientras que Irlanda y Portugal tienen previsto referendos en la segunda mitad de este año, la República Checa, el año que viene, y Polonia no tiene fecha. Si cinco países rechazan el texto, la Constitución quedaría jurídicamente rechazada.

Los euroescépticos británicos están aprovechando la crisis para cargar contra el proyecto de integración europea. Un diputado laborista exigió ayer a Tony Blair que mantenga la convocatoria del referéndum para que los británicos puedan expresar en las urnas su rechazo a Europa.

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Devolver poderes

El diario The Telegraph fue ayer aún más lejos al pedir al primer ministro que negocie la devolución al Reino Unido de todos aquellos poderes delegados a la Unión Europea que se refieran a la política doméstica y que no interfieran en los asuntos de otros países. Y cita entre los poderes a devolver todas las cuestiones relacionadas con fiscalidad, política industrial, política social, asilo e inmigración y empleo.

El diario recuerda que Tony Blair dijo en su momento que un rechazo de la Constitución europea sería equivalente a un rechazo a la Unión Europea y concluye que el primer ministro "debería ahora convivir con las implicaciones de su retórica". También reclama a Blair que empiece su cruzada para erradicar la pobreza en África, "retirándose de los dos compromisos que más daño hacen a ese continente: las políticas comunes de la UE en ayuda exterior y agricultura".

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