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Facturas sin concierto

Las mujeres navarras que acuden a abortar a las clínicas Isadora de Madrid y Actur de Zaragoza son enviadas a ellas porque fueron las únicas que se mostraron dispuestas a enviar las facturas al SNS sin la previa firma de concierto o contrato administrativo alguno. El Gobierno navarro no quiere ninguna vinculación administrativa con estos centros y respeta la decisión de quienes que prefieren abortar en clínicas del País Vasco siempre que sea la solicitante la que gestione directamente la cita y la clínica acceda a remitir la factura al SNS, que paga todos los gastos. "Así se demuestra el trato del Ejecutivo foral a las mujeres y la desigualdad de condiciones en que las navarras se ven obligadas a abortar", denuncia la portavoz de Aralar, Miren Egaña.

Además, el SNS se desentiende de las valoraciones sobre la interrupción del embarazo y los requisitos administrativos y legales, que deben ser efectuados por las clínicas. Paga los gastos y punto. El 96% de las 54 mujeres que el Gobierno foral envió fuera a abortar en 2004 tenía entre 13 y 19 años. Sus abortos costaron, según el Departamento de Salud, 45.738 euros. La asistencia psicosanitaria posterior no es demasiado delicada. El médico de atención primaria y el ginecólogo la "remitirán [a la mujer que aborta] al centro de salud mental para recibir la atención psiquiátrica que se considere precisa", contestó Salud a una pregunta parlamentaria de Aralar.

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