Francisco Muñoz, maestro de arquitectos en Alicante
El urbanismo contemporáneo en Alicante ha perdido a uno de sus referentes. Francisco Muñoz Llorens, que falleció el martes pasado en su domicilio a los 84 años de edad.
Prolífico autor de viviendas y equipamientos urbanos, su fecunda actividad queda claramente reflejada en el siguiente dato estadístico: a finales de los setenta y principios de los ochenta, el 10% de los alicantinos habitaba casas diseñadas por él.
Pero el sello arquitectónico por excelencia de Muñoz está en Benidorm. En 1953, el alcalde de la época, Pedro Zaragoza, le encargó la redacción de un proyecto de nuevas alineaciones para la playa de Levante, que fue el embrión del futuro Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de esta turística localidad. Una primera ordenación del territorio, que como recordó ayer en un comunicado el Colegio Territorial de Arquitectos de Alicante, "continúa siendo objeto de estudio y modelo en foros profesionales y reuniones internacionales".
La impronta de Muñoz en la capital alicantina tampoco es baladí. La ciudad está jalonada por edificios y proyectos que diseñó y supervisó el arquitecto, como son la Torre Provincial, el apartotel Riscal, la sede central de la Caja de Ahorros del Mediterráneo en la avenida de Óscar Esplá, los apartamentos para Ángel Piñuela en L'Albufereta, el edificio de la esquina de la Explanada con la calle de Alberola Romero, los hoteles Akra Leuka, Maya, Castilla o Cristal, y el diseño del popular paseo de la Explanada, situado en primera línea de mar.
El Colegio de Arquitectos reconoce, sin discusión, la aportación de Muñoz a la arquitectura contemporánea. Su presidenta, Carmen Rivera, valora así su obra: "Le sobrevive una extensa obra que pone en evidencia su dominio del oficio, sus grandes cualidades como proyectista y su exhaustivo conocimiento de las técnicas y materiales constructivos".
La intensa actividad profesional de Muñoz no es ajena al frenético desarrollismo de los setenta y ochenta. Una de las aportaciones de Muñoz en este apartado fue la incorporación en los edificios del balcón-terraza, una propuesta de Le Corbusier, que Alicante incorporó a su paisaje urbano.
Centenares de amigos y compañeros de Muñoz abarrotaron ayer la concatedral de San Nicolás de Alicante para dar su último adiós al prestigioso urbanista, Paco, como cariñosamente le llamaban sus más allegados.
Sus últimos años estuvieron repletos de reconocimientos profesionales. El máximo exponente fue en el año 2000, el título de Maestro de Arquitectos, que es el más alto reconocimiento oficial a una trayectoria profesional que otorga la Generalitat valenciana.
Durante su vida destacó por su dedicación a labores colegiales desempeñando el cargo de secretario del Colegio de Arquitectos de Alicante entre 1948 y 1959.
Muñoz también se implicó en la política municipal de manera activa. Durante 14 años fue teniente de alcalde y concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Alicante. En ese periodo compaginó la política con su otra gran pasión: el fútbol. Fue presidente del Hércules, y diseñó el actual estadio Rico Pérez.
Más tarde fue arquitecto jefe del Ministerio de la Vivienda en Alicante, cargo al que accedió en 1963, y desde donde supervisó buena parte de los proyectos arquitectónicos que se presentaban en la provincia.
Durante los últimos años de vida, y pese a sus problemas de salud y su pérdida progresiva de visión, dedicó sus últimas energías a pintar. Sus creaciones en este apartado de las artes plásticas fueron objeto de una exposición reciente en el Casino de Alicante.-
