¿Qué pasó a las siete?
¿Qué pasó a las cinco, a las seis, a las sietes, a las ocho? Pues pasó un viento gélido a velocidad de crucero dejando, posiblemente, a los más osados con reúma en el cuerpo. A las siete, la situación entró en crisis. Competir con el fútbol al calorcito del salón, con cervecita y panchitos, es un acto heroico.
Pasaron los jóvenes matadores con muchas ganas de hacer frente a la mala tarde y el viento les tapó algunos defectos. Moreno y Palacios mostraron buenas maneras en sus primeros novillos. Estuvieron aseados -taurinamente, claro está- e intentaron acercarse al sitio verdadero. Sin embargo, estropearon la primera impresión cuando intentaron, sin saber taparse, la nueva tauromaquia. Con gestos grandilocuentes se desplantaron con estocadas desastrosas. A Reyes le falta todo por aprender. Todo. Los novillos pasaron con nobleza, y previamente por la barbería.
Guadaria / Moreno, Palacios, Reyes
Novillos de Guadaria: nobles, escasos de trapío. Sospechosos de pitones. Fran Moreno: caída (silencio); lo mismo (división). Andrés Palacios: pinchazo (palmas); trasera (vuelta). Curro Reyes: sendos bajonazos. Las Ventas, 10 de abril. Un cuarto de entrada.
El presidente debutante Julio Martínez debería levantar acta para el análisis de las astas. Sería algo así como pasar a la historia.
¿Qué quedó? Pues queda una afición conspicua que ayer recordó al maestro Joaquín Vidal.