¿Ganar o participar?
La entrada en vigor de las normas internacionales de contabilidad cambia sustancialmente las reglas del juego en lo referido a las participaciones empresariales de las entidades financieras.
Si hasta ahora las participaciones permanentes podían ser consolidadas a partir de ciertos porcentajes en el capital, la nueva normativa traduce esos criterios en otros de más difícil concreción, basados en la existencia de "influencia significativa" o "unidad de decisión", determinando cada una de estas situaciones un modelo de consolidación diferente.
En consecuencia, varias entidades dejarán de consolidar alguna de sus tradicionales participaciones, ya que pese a contar con un porcentaje significativo del capital, no "ejercen" influencia significativa al no tener presencia en los órganos de gobierno de la participada. Estas inversiones, por tanto, tendrán un tratamiento equivalente al de cualquier inversión financiera en renta variable, con el reconocimiento de los dividendos cobrados y la valoración de la participación a su valor razonable o valor de mercado.
"Varias entidades dejarán de consolidar alguna de sus participaciones, pese a contar con un porcentaje significativo del capital"
También hay cambios en el tratamiento de las inversiones en renta variable. Hasta ahora, las minusvalías latentes se reconocían en la cuenta de resultados; no así las plusvalías -salvo en caso de recuperación de minusvalías antes reconocidas-. La nueva contabilidad incorpora un tratamiento simétrico, al reflejar las inversiones financieras en renta variable por su valor razonable o de mercado, reconociendo, por tanto, plusvalías o minusvalías latentes. Adicionalmente, ese reconocimiento se podrá realizar no contra la cuenta de resultados -a la que se llevarían los resultados de la cartera de negociación-, sino contra los recursos propios, restando así volatilidad a los resultados de la entidad, pero trasladándola a la solvencia.
Ante esta situación, las estrategias de algunas entidades se reorientarán buscando consolidar sus participaciones, deshacer posiciones en las que no vayan a poder alcanzar los criterios para la consolidación, o aprovechar los beneficios de la inversión en renta variable.
J. Zurita y E. Martín son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Analistas).
