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La UE exige a Irán acceso libre a las instalaciones nucleares

La propuesta europea no ha sido bien acogida por Washington ni por los iraníes

La Unión Europea presentará en la reunión que celebra hoy en Viena el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) una resolución en la que pide a Irán que permita a los inspectores de esta agencia de la ONU el "acceso sin restricciones" a todas sus instalaciones nucleares y que "mantenga la suspensión" de sus planes, a fin de evitar que el caso llegue al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, como desea EE UU, lo que podría implicar la imposición de sanciones.

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La propuesta europea, continuación del acuerdo alcanzado el pasado día 15 entre el Reino Unido, Francia, Alemania y la UE con Irán para la paralización de sus actividades de enriquecimiento de uranio, no ha sido bien acogida ni por Washington, que presiona para endurecer su redacción, ni por Teherán, que considera que va demasiado lejos e insiste en que suspensión no implica desmantelamiento de su programa atómico.

La Junta de Gobernadores del OIEA, integrada por 35 miembros -10 permanentes, entre ellos los Cinco Grandes, y 25 elegidos por turno de cada zona del mundo-, comenzará hoy el debate sobre la resolución europea, que se prevé largo y áspero, con una intervención de su director general, Mohamed el Baradei, en la que informará sobre si sus inspectores han podido verificar sobre el terreno esa suspensión. Ahí pueden empezar los problemas. Irán anunció la paralización de sus planes nucleares el pasado lunes, por lo que sólo ha dejado tres días para que los inspectores hagan su trabajo.

Tan escaso margen acrecienta la desconfianza de los norteamericanos, si bien un portavoz del OIEA afirma que "los inspectores, pese a ser sólo cuatro, llevaban ya una semana trabajando en Irán y que la verificación y el precintado de instalaciones pueden estar completados hoy". Más realista, una fuente diplomática europea subraya que Irán, "sea por mala fe o por negociaciones internas, ha dejado en mal lugar a Europa. Se comprometieron a comunicar la suspensión con tiempo suficiente para que la verificación durara dos semanas, y no ha sido así".

Otro escollo que tendrán que salvar los europeos es la insistencia de EE UU en que la resolución incluya lo que llaman una cláusula desencadenante, de forma que cualquier violación de la suspensión por parte de Irán conduzca automáticamente al Consejo de Seguridad de la ONU y se le impongan sanciones. Para Europa, esto es "una forma de perder recursos diplomáticos" para presionar al régimen de los ayatolás y probablemente inútil dado que Rusia y China, miembros permanentes del Consejo y que acaban de firmar contratos millonarios con Teherán, no estarían dispuestos a castigar a un buen socio comercial.

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Confianza hacia Irán

Como dice un diplomático de la UE, la resolución, tal como está redactada, "manifiesta un grado de confianza hacia Irán y El Baradei que los norteamericanos no quieren expresar". Y por motivos completamente opuestos también desagrada a Irán. La petición europea significaría la aplicación por Irán del Protocolo Adicional del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), que contempla las inspecciones sin previo aviso. Irán, que es uno de los más de 180 países que desde 1970 han firmado el TNP, que autoriza el desarrollo de la energía nuclear para fines pacíficos, suscribió el pasado diciembre el Protocolo Adicional, pero aún no lo ha ratificado ni es bien visto por los conservadores del régimen.

La llamada a mantener la suspensión como una medida de confianza "esencial", según la resolución, "para resolver todos los temas pendientes en el marco del OIEA", es para los iraníes una forma indirecta de llegar a esa cláusula desencadenante que quiere EE UU. En previsión de lo que pueda ocurrir, el principal negociador iraní en la materia, Husein Musavián, se encontraba ayer de visita en Pekín, donde declaró a la agencia Reuters que su país no tiene intención de "desmantelar su programa nuclear".

En el debate, coinciden las fuentes diplomáticas europeas, se dan la mano la falta de confianza que inspira el régimen de Teherán, que durante 18 años ocultó su programa nuclear y que desde entonces ha ido dando información sobre el mismo sólo bajo presión, y la escasa credibilidad de la Administración de Bush tras el fiasco de las armas de destrucción masiva en Irak o su paciencia en el caso de Corea del Norte, país que puede fabricar bombas atómicas y que lleva más de un año sin inspecciones del OIEA. Por esa razón, argumentan los europeos, es necesario modular la presión diplomática. En el acuerdo, la UE ofreció a Irán cooperación en seguridad y tecnología y su apoyo a la entrada en la Organización Mundial de Comercio a cambio de la renuncia nuclear de Teherán.

Dudas sobre lo que tiene Teherán

En su último informe, fechado el día 15, el director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Mohamed el Baradei, afirmó que "todo el material nuclear declarado por Irán ha sido inventariado y dicho material no ha sido destinado a actividades prohibidas". "Sin embargo", escribió a renglón seguido, "la agencia no está aún en posición de concluir que no hay materiales o actividades nucleares no declaradas en Irán".

La cautela de El Baradei no sólo obedece a que el Gobierno de Teherán mantuviese oculto durante 18 años su programa nuclear o a las reticencias con que ha ido informando a la comunidad internacional sobre sus instalaciones atómicas desde el año pasado. Está el problema añadido de la ambigüedad intrínseca al desarrollo nuclear, de la delgada línea que separa su aplicación civil de su uso militar. Valga de ejemplo el enriquecimiento de uranio, la frase clave que ha disparado las alarmas sobre las verdaderas intenciones de Irán. En síntesis, el enriquecimiento consiste en incrementar dentro del uranio el número de átomos de uranio 235, los que permiten una reacción en cadena continua y mantenida.

Ahora bien, mientras que para que funcione un reactor nuclear la proporción de U235 oscila entre un 2% y un 3%, para un arma atómica debe ser de un 90% o más. El método más común de enriquecimiento es la conversión del uranio en gas (UF6) y su posterior introducción en toda una serie -llamada técnicamente cascada- de centrifugadoras.

La lista de las instalaciones nucleares de Irán, hasta donde sabe el OIEA, es la siguiente:

- Teherán. El Centro de Investigación Nuclear mantiene operativos un reactor, una instalación de manipulación de residuos y el laboratorio Jabr Ibn Hayan, donde en el pasado hubo procesos de conversión de uranio, y la Compañía Eléctrica Kalaye, donde se ha llevado a cabo el enriquecimiento de uranio con centrifugadoras. También en Teherán se ubicaba, ahora desmantelado, el complejo militar de Lavisan-Shian, destinado a la defensa antinuclear.

- Natanz. Una planta de enriquecimiento de uranio mediante centrifugadoras, actualmente parada, y otra en construcción, también parada.

- Isfahán. Reactores operativos e instalaciones para el enriquecimiento de uranio (algunas cerradas).

- Karaj. Almacenamiento de residuos radiactivos.

- Bushehr. Reactor de agua ligera, en construcción con ayuda rusa. Se calcula que podrá entrar en funcionamiento en 2006.

- Arak. Planta de producción de agua pesada, en construcción.

- Anarak. Almacenamiento de residuos.

- Lashkar Ab'ad. Planta de enriquecimiento de uranio por láser, actualmente desmantelada.

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