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Nueve artistas representan lo monstruoso en la era digital

Una exposición recopila las prácticas de manipulación del cuerpo

La exposición Monstruos, fantasmas y alienígenas, abierta en la Fundación Telefónica, de Madrid (Fuencarral, 3, www.fundacion.telefonica.com, hasta el 9 de enero), reúne 25 piezas de nueve artistas que en los últimos 20 años han definido la representación de lo monstruoso en el arte. El recorrido muestra el proceso de cambios en la utilización de las técnicas digitales, desde la fotografía manipulada a Internet.

El comisario de la exposición, José Ramón Alcalá, catedrático de Tecnologías de la Imagen en la Facultad de Bellas Artes de Cuenca, recomienda que el visitante de El retrato español en el Museo del Prado pase del autorretrato deconstructivista de Picasso a la galería de imágenes que "desde la monstruosidad y fantasmagoría nos devuelven la mirada para repensarnos, pero también para ofrecernos alegorías plausibles sobre las que poder construir nuestra renovada identidad, tan necesaria en tiempos de crisis".

La propuesta de arte y nuevas tecnologías pasa por un conjunto de piezas que marcan "la evolución de las estrategias narrativas del arte digital de los últimos 20 años". El comienzo del montaje reúne las fotografías montadas digitalmente de Keith Cottingham, de la serie Ortopedia de Juan Urrios, de la serie Dystopia de Aziz+Cucher, la ciencia ficción de Marina Núñez y otros ejemplos de Alexa Wright, que se utiliza como modelo.

En otro espacio, las representaciones de la figura humana siguen con los ejemplos recientes de Tony Oursler -coincide con una exposición en la galería Soledad Lorenzo, de Madrid, hasta el 5 de enero- a partir de videoproyecciones sobre piezas de fibra de vidrio, la instalación multimedia de Transnational Temps, con diálogos de Romeo y Julieta en un puzle de imágenes sacadas de los chateos, las dos proyecciones de Chris Cunningham, con su criatura de pesadilla y el videoclip de robots para un tema de la cantante Björk, y las personas modeladas de Karin Sander a escala 1:10, presentadas como joyas.

Para José Ramón Alcalá, las piezas de la exposición son iconos de "las formas ocultas" de nuestros "imaginarios oscuros, grotescos" que aparecen en los momentos actuales de crisis, cuando las vanguardias no identifican y se emplean las tecnologías digitales.

El comisario añade que las formas discursivas pueden llegar a la actualidad, con "el monstruo cotidiano ligado al fenómeno del Gran Hermano y las estrellas mediáticas. "Me interesa la utilización inteligente de la tecnología, y los artistas que la emplean de forma sutil. Con esta selección de piezas no busco una estética ni pretendo aparecer como experto en psicopatología, sino un acercamiento a representaciones complejas, un viaje en el tiempo a través de los medios digitales. El arte es magia y en otras propuestas de este tipo no se distingue entre la ficción y la realidad".

El catálogo, con diseño gráfico de Andrés Mengs, incluye ensayos de José Ramón Alcalá, Juan Vicente Aliaga y Louis Bec y biografías de los artistas.

Imagen de <i>All is full of love</i> (1998), de Chris Cunningham.
Imagen de All is full of love (1998), de Chris Cunningham.
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