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Reportaje:Signos

Fracasados con gracia

El escritor malagueño Pablo Aranda publica 'El orden improbable', su tercera novela

Juana Viúdez

Una mujer vuelve y no tiene una hija. No sabe por qué no la tiene, ni por qué esta situación la hace infeliz. Este es el germen de El orden improbable (Espasa), la tercera novela del escritor malagueño Pablo Aranda. Una novela que ve la luz tras un año de trabajo, y después de La otra ciudad y Desprendimiento de rutina, sus anteriores trabajos. En un primer momento pensó que fuera "tipo Juan José Millás", mezcla de realidad y ficción con un toque de humor, pero los derroteros de sus personajes le condujeron por una senda más seria.

Aunque la primera versión salió prácticamente de corrido, la necesidad de no defraudar a sus lectores - sus dos primeros trabajos cosecharon el VII Premio Primavera de Espasa y el I Premio de Novela Corta Diario Sur, respectivamente- han hecho que trabaje concienzudamente la tensión narrativa.

Nuria llega a Málaga con 40 años, sin trabajo, y con un desengaño amoroso a las espaldas. "Uno de los personajes define al grupo de amigos como 'fracasados pero con gracia', y lo cierto es que los protagonistas no dan la sensación de lástima, sino que son gente que sobrevive a lo que les va pasando", explica Aranda.

Ha optado por personajes que aparentemente no tienen complicaciones, "pero que son muy novelables", y se ha metido en la piel de una mujer que trata de darse una segunda oportunidad reordenando su vida. "Creo que puedo escribir sobre un crucero en el Caribe, pero probablemente acabaría hundiendo el barco", bromea. El novelista, de 36 años, ha escogido una época, los 40 años, en la que los protagonistas hacen balance y descubren que su vida no es como se habían imaginado, sino que "tiene un orden improbable".

Ambientada en la capital de la Costa del Sol, gran parte de la historia se desarrolla en el Balneario, un bar ubicado en los Baños del Carmen que el autor define como "una sucursal de La Habana en Málaga", por su fusión señorial y decadente. "Es de los pocos sitios en los que hay una gran mezcla de gente", asegura Aranda, que ha vivido en las inmediaciones durante muchos años. "Un domingo te encuentras desde una pandilla de macarras hasta un grupo de señoras tomando café en la terraza". El escritor, que ambientó sus anteriores novelas en su ciudad natal, considera la práctica algo "cercano y divertido", pues le permite jugar con lugares que han desaparecido, como algunos bares, o idear escenarios inexistentes.

A pesar de su experiencia vital (ha trabajado en una residencia para enfermos mentales, ha dado clases en la universidad de Argelia y ha sido educador de menores en régimen judicial), considera que para ser escritor hay que "tener las guerras dentro". Asegura que su mente está continuamente reproduciendo ideas e inventando historias. Con cierta tranquilidad se plantea una cuarta historia "quizás más densa" en la que recuperar el toque de humor perdido.

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Sobre la firma

Juana Viúdez
Es redactora de la sección de España, donde realiza labores de redacción y edición. Ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria profesional en EL PAÍS. Antes trabajó en el diario Málaga Hoy y en Cadena Ser. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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