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FÚTBOL | Cuarta jornada de la Liga de Campeones

Sin público, sin Cassano, y con Totti desquiciado

El Roma casi agotó sus posibilidades en la Liga de Campeones sin testigos, su estadio estaba desierto por sanción de la UEFA tras ser agredido con una moneda el árbitro sueco Anders Frisk en un choque previo ante el Dimamo de Kiev. Además, su máxima estrella, Totti, saltó con saña sobre Ramelow. Por si fuera poco, uno de sus jugadores mágicos, Cassano, ni siquiera se vistió de corto porque el entrenador Del Neri, ha decidido apartarle del equipo por sus continuos problemas de indisciplina. De hecho, el presidente del club, Franco Sensi, ha respaldado a su técnico ante los continuos problemas de disciplina que presenta el joven media punta asegurando que está "cansado" de pagarle tanto a Cassano.

El Roma empató en el minuto 93 gracias a un gol de Montella, que recibió un sorprendente pase de tacón de Totti. Antes, diez minutos antes, había marcado Berbatov un gran tanto. Pero esa igualada no le sirve para casi nada al equipo romano.

Totti, célebre por sus comportamientos extraños en el césped -fue sancionado en la pasada Eurocopa de Portugal por escupir a un contrario- poco antes había brincado sobre Ramelow sin que el árbitro le mandase a la ducha. De hecho, el juez resolvió la pendencia con una tarjeta amarilla para cada implicado.

El gol en el último instante de Montella, aunque no mejora en exceso la situación del conjunto italiano, sí le permite no decir adiós de manera aritmética a pasar de ronda. El grupo de Luigi Del Neri se clasificaría si venciese en Kiev al Dinamo y en Roma al Real Madrid. Además marcando muchos goles y contando con que uno de los otros tres conjuntos del grupo perdiera los dos encuentros que le restan.

El cemento de las gradas sólo quedo cubierto por 75 personas ligadas al club y por 300 periodistas. También lo moteaban algunas pancartas en favor del equipo de la capital italiana. Desde fuera del estadio, eso sí, un grupo de aficionados se desgañitaba para que sus canciones de ánimo se escuchasen en el césped. Y algún eco llegó.

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