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EL INGRESO DE TURQUÍA EN LA UE

Ankara exige que se le aplique el mismo rasero que al resto de candidatos

El primer ministro Erdogan reclama la apertura de negociaciones a comienzos de 2005

Juan Carlos Sanz

Tan grande, demasiado pobre y sin duda muy musulmana, Turquía recibió ayer con frialdad la luz verde -"tirando a ámbar", según titulares de la prensa- de la Comisión Europea para el inicio de las negociaciones de adhesión a la UE. Los líderes políticos de Ankara se apresuraron a saludar "la decisión histórica". Pero el pueblo turco, el mismo que desborda las calles con alegría en celebraciones como el triunfo en Eurovisión, siguió impasible con sus asuntos, con la certeza de que el camino que conduce a la EU va a estar sembrado de obstáculos.

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El primer paso se producirá en diciembre, cuando los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión deben fijar la fecha para el comienzo del largo proceso de adhesión.

Consciente de que en Turquía no iba a tener un recibimiento caluroso el paso dado por su Gobierno hacia Europa después de más de 40 años de espera, el primer ministro turco, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, se encontraba ayer en Estrasburgo. En la sede del Consejo de Europa, del que Turquía es país fundador, Erdogan exigió que se apliquen a su país "los mismos criterios y métodos" que se aplicaron en la ampliación de la UE hasta 25 miembros. "No queremos nada más, sólo que se respete el principio de equidad", advirtió, antes de calificar de "equilibrado" el informe presentado ayer por la Comisión en Bruselas.

El jefe del Gobierno turco insistió en que desea que las negociaciones comiencen sin demora, "en los primeros meses de 2005", en tanto que la actual presidencia holandesa de la UE ha apuntado ya a que las conversaciones deberán aguardar al segundo semestre del año que viene. Erdogan también aprovechó su presencia en suelo francés para arremeter contra la propuesta del presidente Jacques Chirac de convocar un referéndum en Francia sobre la adhesión de Turquía. "Es una iniciativa muy injusta, que además tiene un efecto negativo sobre la motivación de la población turca [hacia el ingreso en la UE]", apostilló.

Decisión en diciembre

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En un discurso dirigido a la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Erdogan afirmó que si, una vez iniciadas, "las negociaciones se suspendieran, se produciría una falta de respeto por el proceso de democratización de Turquía y se incumplirían los principios de la UE". En los últimos tres años Turquía ha reformado su Constitución y un gran número de leyes para adaptarlas a la Unión. Europa no debe temer a una Turquía que está "transformando su sociedad". "Nosotros vamos a cumplir con nuestra parte", enfatizó, "Turquía y Europa jugamos en el mismo equipo".

Mucho más contenido se mostraba ayer en Ankara el ministro de Asuntos Exteriores turco, Abdulá Gül. "Es un paso histórico para la UE y para Turquía, pero la verdadera decisión será tomada en diciembre [en la cumbre de los líderes europeos]", cuando se apreciará la voluntad política de cada país, reconoció el número dos del Gabinete islamista turco.

El ministro de Justicia y portavoz del Gobierno turco, Cemil Cicek, que ha dirigido el vasto proceso de reformas legales emprendido en Turquía, consideró también que el dictamen de la Comisión era "positivo" para su país. "En conjunto, es un informe satisfactorio [para el Gobierno turco], pero aún tenemos que estudiar los detalles para saber si perjudican a Turquía o sólo figuran en el documento para intentar disipar las preocupaciones de la opinión pública de algunos países europeos", explicó Cicek, quien admitió que Turquía es un país "diferente de otros" candidatos, aunque no debe ser víctima de "discriminaciones".

"El Gobierno turco es consciente de que necesita de unas condiciones especiales, que no discriminatorias", explicaba ayer un representante diplomático de la UE en Ankara. "Sus responsables están empezando a entender que el proceso de adhesión hay que manejarlo con paciencia y prudencia", aseguraba este observador, quien dijo "comprender" las reacciones de orgullo herido -heredadas del modelo nacionalista de la Turquía moderna- de algunos líderes turcos ante el "Sí, pero..." de la UE.

Celal Metin, consejero delegado del poderoso grupo empresarial turco Sanbanci, cree que los informes de la Comisión no han sido muy positivos para Turquía. "Hemos reformado la Constitución, la ley protege los derechos humanos y castiga la tortura, la corrupción en el mundo de los negocios está perseguida... Pero la UE aún nos plantea excepciones", explica Metin.

El Gran Bazar de Estambul, decorado ayer con banderas turcas.
El Gran Bazar de Estambul, decorado ayer con banderas turcas.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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