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Un 34% de los alumnos no pediría ayuda a sus profesores si sufriese acoso

El 2,9% padece maltrato grave de compañeros

Uno de cada tres estudiantes (el 34,2%) de ESO afirma que "nunca pediría ayuda a sus profesores si sufre situaciones de violencia escolar", el 37% considera que si no devuelve los golpes que le dan "es un cobarde" y el 39% afirma que "si un amigo suyo agrede a otro debe ponerse de su parte". Éste es el panorama que describe un estudio realizado por un equipo de psicólogos de la Universidad Complutense de Madrid. Los datos revelan además que el 2,9% de los alumnos padece problemas graves de violencia escolar.

Las edades de más riesgo de padecer bullying -es decir, de ser víctima de violencia física o psicológica por parte de compañeros de forma permanente- son de los 13 a los 15 años, según el estudio. Es decir, en el paso de la niñez a la edad adulta. Estos años coinciden también con los de mayor riesgo de empezar a consumir drogas, según explicó ayer la directora del estudio, la catedrática de Psicología de la Educación, María José Díaz-Aguado.

El informe Prevención y lucha contra la exclusión desde la adolescencia. La violencia entre iguales en la escuela y en el ocio ha sido realizado entre 826 estudiantes

de la Comunidad de Madrid, en colaboración con el Instituto de la Juventud. Consta de cinco investigaciones, en las que se han hecho distintos tipos de cuestionarios y entrevistas. El 16% de los encuestados reconoce que participa en exclusiones (como insultar o aislar a un compañero) y en agresiones psicológicas. De las situaciones que más se dan como parte del bullying, o acoso frecuente, destacan la ridiculización con motes (8% de víctimas), el aislamiento (7,2%), los insultos (7%). El porcentaje de alumnos que declara que les pegan a menudo es del 1,8% y que reciben amenazas, del 2% .

A los estudiantes se les planteó un dilema moral en relación con la violencia de género: ¿Consideran que una persona debe dejar a su pareja en caso de que ésta le agreda? El 94,5% respondieron que sí. Peor el 46% dijo que no si esa pareja estuviera casada y tuviera hijos. Además, en estas respuestas, los alumnos en lo que se había observado la tendencia a ejercer bullying no entendían por qué la víctima tenía que dejar al agresor. Díaz-Aguado afirma que este problema afecta mucho más a los chicos que a las chicas y que tiene muchos rasgos comunes con la violencia de género.

"La sociedad se manifiesta mayoritariamente contra la violencia pero luego cae en la contradicción de considerar este tipo de violencia como un problema de chicos. Esto es un error porque hay que entender que no podemos ser permisivos con sus formas menos graves porque entonces crecen", advierte la directora del estudio.

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