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Castilla-La Mancha reabre la batalla del agua al reclamar parte del trasvase Tajo-Segura

Barreda: "El desarrollo de Murcia no puede basarse en un recurso que les es ajeno"

El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, pretende conseguir que las aguas del Tajo que hoy dan vida a las huertas de Levante creen riqueza en su comunidad. Su objetivo es "compartir desde ya" el caudal del trasvase Tajo-Segura, y a largo plazo, "terminar con esta hipoteca que limita el desarrollo castellanomanchego". "Hasta ahora se cree que toda el agua del Tajo debe ser para Murcia, pero eso debe cambiar", sentencia el presidente, que emplaza a Medio Ambiente a encontrar una solución. En el ministerio no se plantean cuestionar una infraestructura "vigente y consolidada".

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Cuando la polémica en torno a la derogación del trasvase del Ebro parece apaciguada, un nuevo frente político entre comunidades autónomas se plantea en torno al aprovechamiento de las aguas del Tajo que recorren 286 kilómetros de Castilla-La Mancha por el trasvase Tajo-Segura, "sin dejar en estas tierras ni una sola gota", se lamenta José María Barreda, presidente socialista de esta comunidad.

Barreda cree que el centralismo franquista -el trasvase se construyó en los años setenta del siglo pasado- pretendía "convertir en un desierto los alrededores de Madrid". "Se privó de agua a Castilla-La Mancha cuando sus ciudadanos no tenían representación, algo que no estoy dispuesto a consentir en el estado democrático en que vivimos hoy". Barreda asegura que un millón de castellanomanchegos emigraron entonces por la falta de agua y desarrollo.

En Toledo creen que ha llegado el momento de cambiar la situación. "Con la anulación del trasvase del Ebro por el Gobierno, no tiene sentido mantener otro que toma las aguas desde la cabecera del Tajo y no desde su desembocadura como en el del Ebro", dice Barreda en alusión a la nueva política de aguas de la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, que ha reiterado su oposición a la transferencia de agua entre cuencas.

El presidente no entiende que su comunidad no aproveche más el caudal del Tajo y personaliza sus críticas en la Región de Murcia, máxima beneficiaria de las aguas del trasvase que también permite regar en Alicante y Almería. Dice Barreda que Murcia "debe entender que su desarrollo sostenible no puede basarse en un recurso que les es ajeno sobre el que tiene prioridad la cuenca cedente". La alternativa de la costa al trasvase es la desalación, según el político. "Ellos tienen mar y nosotros no".

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Antonio Serrano, secretario general para la Ordenación del Territorio y la Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, recuerda que "el agua no es ajena a nadie; por ley, es un recurso que pertenece a todos los españoles".

"Cancelar la hipoteca"

El presidente castellanomanchego tiene una reclamación inmediata sobre las aguas del acueducto. "Hay que compartir con Murcia, y desde ahora, su caudal". El modo que para hacerlo es la ejecución de las obras que permitan trasvasar 50 hectómetros cúbicos anuales del Tajo al Alto Guadiana, en Ciudad Real, tal y como prevé un decreto-ley de 1995 nunca cumplido. Serrano explica que el expediente de esta obra está parado "en Bruselas". En Medio Ambiente aseguran que "se está desbloqueando en una comisión de expertos que emitirá un dictamen en pocos meses".

Pero el "objetivo máximo" de Barreda a largo plazo es más ambicioso. Pretende acabar con el trasvase, "cancelar la hipoteca que pesa sobre Castilla-La Mancha limitando sus posibilidades de progreso y desarrollo". La falta de agua en Castilla-La Mancha, que Toledo cifra en 637 hectómetros cúbicos anuales, supera el límite de 600 a trasvasar cada 12 meses hacia las cuencas del Segura, del Júcar y del Sur. El Gobierno evita entrar en polémicas "porque", afirma Serrano, "hay que distinguir entre trasvases nuevos y obras consolidadas". "No nos cuestionamos en absoluto la vigencia del trasvase; el acueducto es una infraestructura que fue creada en su momento con unos objetivos que se han cumplido". La política de aguas actual apuesta por colmar esta necesidad con "otras soluciones" que no precisa Serrano: "Tenemos pendientes más reuniones con el Gobierno de Castilla-La Mancha para encontrar una solución de equilibrio desde una perspectiva realista, sostenible y respetuosa con el entorno".

Sed junto al 'Mar de Castilla'

"Por más vueltas que le demos no vemos cómo desarrollar nuestros pueblos si no nos ayudan", afirma Julián Rebollo, vicepresidente de la Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía (entre Cuenca y Guadalajara). En ellos se remansa el agua del Tajo antes de ser trasvasada.

Rebollo es también alcalde de Mantiel, un pueblo de 100 vecinos en una comarca de 12.000 habitantes que ha sufrido, asegura, una "regresión demográfica de escándalo desde que se construyó el trasvase" que no ha dado réditos a la comarca, según Rebollo. "Bastan dos ejemplos: Buendía distaba 8 kilómetros de Villalba del Rey antes de que hubiera de rodear el embalse que las separa hoy 55 kilómetros; y en Villalba este verano han tenido que beber agua de cisternas porque la infraestructura [las tuberías] está obsoleta".

Pero además los dos embalses promocionados en los años 80 como el Mar de Castilla tienen cada día menos agua, lo que ha provocado que sea menos atractivo para los turistas al quedar sus urbanizaciones y puertos lejos de las orillas. Por eso la Asociación pide que se asegure que cada embalse esté "como mínimo" al 40% de su capacidad para intentar que los visitantes vuelvan.

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