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El Teatro de Madrid es inaccesible para minusválidos

Treinta y nueve escalones separan la puerta principal del centro municipal de la acera

El Teatro de Madrid, de titularidad municipal y gestión privada, es inaccesible para los minusválidos. Esta sala, situada en el parque de La Vaguada, está rodeada de tramos de escaleras que dificultan enormemente el acceso para discapacitados y para cualquier persona con problemas de movilidad. No hay rampas. Los tres responsables de las instalaciones y sus alrededores, la Concejalía de las Artes, la Junta de Fuencarral-El Pardo y la empresa gestora del teatro, Artibus, echan balones fuera a la hora de atribuirse responsabilidades.

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El Teatro de Madrid es una fortaleza rodeada de tramos de escaleras, tanto si se llega a la sala por la avenida de la Ilustración como si se hace por Monforte de Lemos. Desde la avenida de la Ilustración hay que superar primero un tramo de nueve escalones, un descansillo, y después otro tramo de 30 escalones. Las escaleras no tienen rampas.

Desde el otro lado de La Vaguada, por donde pasa la avenida de Monforte de Lemos, todavía es peor: hay varios tramos de escaleras de los que tan sólo uno tiene rampa, que se convierte en inútil, ya que el siguiente tramo no tiene rampa. Además, para llegar hasta el Teatro de Madrid desde esta calle del barrio del Pilar hay que superar más obstáculos: las vallas puestas con motivo de las obras de reforma del centro de mayores, que durarán más de veinte meses. Estas vallas obligan a rodear el lago del parque. Las escaleras, de todas formas, están muy deterioradas y muchos de sus tramos están rotos.

La única forma que tendría un minusválido de acceder al Teatro de Madrid sería llegando en coche hasta la avenida de Betanzos y, desde allí, contando con que la Policía Municipal hiciese la vista gorda, meter el vehículo hasta la puerta del teatro por un camino de tierra destinado a los paseantes del parque y prohibido a los coches.

Escalón alto

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De todas formas, el discapacitado tendría todavía otro obstáculo que superar para meterse por fin en el teatro, y es que el semicírculo de entrada a la sala tiene un nuevo escalón bastante alto y, de nuevo, sin rampa. Eugenio Ramos es parapléjico desde hace 20 años y secretario de la Asociación Transporte sin Barreras. Este ingeniero lleva años haciendo estudios pormenorizados sobre los problemas de accesibilidad que tienen los discapacitados a los cines, los teatros, los museos y los restaurantes de Madrid. Según un estudio elaborado el año pasado por este hombre sobre todos los teatros de la capital (privados y públicos), el Teatro de Madrid se gana el calificativo de "inaccesible".

"Tiene un escalón en toda la entrada que le califica como inaccesible. No tiene plazas reservadas para discapacitados en la sala. Los servicios ni son accesibles ni están adaptados y los sistemas de emergencia no los detectan con facilidad los discapacitados auditivos", señala Ramos en su informe. Otros teatros de la capital que también reciben un suspenso en el estudio son el teatro de La Latina, el Calderón, el Bellas Artes y el Arlequín, entre otros.

Desde el Teatro de Madrid reconocen que son muchas las quejas que les han llegado hasta sus oficinas por este asunto, pero la dirección de la empresa privada que gestiona el teatro, Artibus, echa balones fuera y dice que las obras competen a la Concejalía de las Artes.

Un portavoz de esta concejalía explicó que no, que son la Junta de Distrito de Fuencarral-El Pardo o la Concejalía de Urbanismo las que tienen que arreglar las escaleras y poner las rampas. Desde la junta de distrito remitieron de nuevo a la Concejalía de las Artes. Los unos por los otros, y la casa sin barrer. El acceso también se hace difícil para las personas mayores. Aureliano y Faraón son dos jubilados que se pasean frecuentemente por la zona. Además del Teatro de Madrid y del centro de mayores, el parque de La Vaguada alberga otras instalaciones municipales como la piscina o la biblioteca. Todo, rodeado de un inmenso terreno sin asfaltar, hecho de tierra rojiza.

"En verano esto es una auténtica polvareda y en invierno un barrizal. Las escaleras son tremendas y encima están rotas", se quejan estos hombres, que ni se plantean la posibilidad de ir a ver la obra que estos días se puede ver en el Teatro de Madrid: XXX, de la Fura dels Baus.

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