"La voz tiene que tener libertad, igual que las personas", dice Capullo de Jerez

"El flamenco no tiene secretos para él". "Ha tenido la suerte de escuchar a los más grandes: Tío Borrico, Fernando Terremoto, Agujetas el Viejo, pero sentado sobre sus rodillas". Un buen amigo de Miguel Flores El Capullo de Jerez lo define así y con otras frases igual de contundentes, aunque la mayoría de la afición dice de él que es "incatalogable". El Capullo es famoso por sus letras reivindicativas en las que critica a Estados Unidos por declararle la guerra a Irak o lamenta los atentados de Madrid del 11-M.

"La voz tiene que tener libertad, igual que las personas", afirmaba ayer en Sevilla El Capullo, con 50 años, muchas ganas de trabajar y una larga experiencia en escenarios de todo el mundo. El cantaor, gitano del barrio jerezano de Santiago, participa esta noche en Hotel Triana en el espectáculo Canta y baila Jerez, dentro de la Bienal de Flamenco.

"Siempre me ha dado coraje que en este país el flamenco lo lleven los políticos", asegura el cantaor, maestro en bulerías. El artista subió por primera vez al escenario con 12 años y ha paseado su voz por Europa y Estados Unidos. Los que nunca han oído hablar de él se quedan perplejos al oír el nombre artístico de Miguel Flores, que no le viene de familia, ni se trata de ningún apodo de adolescentes.

"Cuando nací era tan chiquitito que mi madre dijo que parecía un capullito de seda; los que estaban allí lo repitieron y así se quedo. Si me mosqueaba porque me llamaban Capullo me lo decían más; así que me quedaba tan contento. Hasta mi hijo más pequeño, de dos años, me dice Capu", cuenta divertido.

El Capullo tiene el compás a flor de piel, no se hace de rogar ni un segundo, incluso una barra de un bar cualquiera, en el que ha entrado por primera vez, le sirve para hacer el compás y arrancarse por uno de tangos de su cosecha particular en el que critica los programas basura de la televisión.

Pertenece a una estirpe de cantaores puros, de los que llevan el compás en las venas y no admite críticas a sus provocadoras letras. "Yo canto la verdad. Mi cante es muy gitano y como tiene que ser, con todas sus faltas de ortografía", afirma.

"Me cuido lo normal. La voz es naturaleza y yo soy de la botica de la abuela. L

a voz la tienes bonita si te cuida un ser querido", sentencia. Así, con la voz a punto, Capullo entonará esta noche este tango: "Y no tenemos curpa de ná/ Ha habido aquí un atentado/ Vagones a reventar/ Pagamos los pobres/ Que curpa no tienen de ná/ Tenemos que unirnos/ Y luchar todos por la paz/ Y tener cariño/ Y cada día querernos más/ Lucha por tu libertad".