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MI AVENTURA | EL VIAJERO HABITUAL

Villa enfrascada

SI ALGUIEN tiene el privilegio de agotar la oferta turística de Roma o si desea alejarse de la aglomeración de su casco histórico, Frascati es su lugar, una villa situada a 20 kilómetros de la metrópoli, en la comarca llamada Castelli Romani en honor al turbulento pasado y a la proliferación de construcciones defensivas y de recreo. Pese a que su condición de sede de un comando alemán durante la II Guerra Mundial le acarreó un bombardeo despiadado y la devastación de su centro, Frascati cuenta con tres grandes alicientes. El primero es la altitud (232 metros) y la orientación del enclave, que dotan a la ciudad de una atmósfera fresca e incontaminada, y de una panorámica insuperable de Roma. El segundo reside en el frascati, el vino blanco más célebre de toda la península. Y por último, sus alrededores llenos de cotos y villas históricas en excelente estado de conservación. Villa Aldobrandini, la más famosa y espectacular, domina la población y sus jardines ocupan decenas de hectáreas. Fue edificada por Giacomo della Porta a finales del siglo XVI. No se puede entrar a la vivienda, pero sus fuentes y jardines se hallan abiertos gratis al público. De Villa Torlonia (siglo XVI), destruida en la guerra y reconvertida en parque municipal, sólo resta la memoria y una ingeniosa fuente llamada Teatro delle Acque, mientras que Villa Tuscolana y Falconieri han sido reconvertidas en hotel de lujo y centro educativo, respectivamente.

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