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España asume en septiembre la presidencia del Consejo de Seguridad con África como prioridad

España asumirá el miércoles la presidencia mensual rotatoria del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con el grueso de los trabajos concentrados en la solución de las tensiones que vive el continente africano. La ONU debe adoptar decisiones para poner fin a la crisis humana en la región sudanesa de Darfur y evitar la extensión del conflicto de la República Democrática del Congo por la región de los Grandes Lagos. Además, tratarán la situación en Irak tras el fin de la ocupación.

La situación en Darfur es quizás la más urgente por su impacto en la población civil y porque a comienzos de mes expira el plazo de 30 días dado por la ONU al Gobierno de Sudán para poner fin a las atrocidades, bajo la amenaza de sanciones. El enviado de la ONU a la zona, Jan Pronk, informará el jueves al Consejo de Seguridad sobre los pasos dados por Jartum.

El embajador ante la ONU, Juan Antonio Yáñez, considera que hay que mantener la presión diplomática para que las autoridades sudanesas cumplan con los compromisos adquiridos para poner fin a las matanzas. "La opción de las sanciones está ahí, pero es un cartucho que se debe utilizar una sola vez y hay que manejar bien el momento", señala. Su adjunto, Íñigo de Palacio, explica que la situación en el país es muy compleja y que eso "dificulta" el control de la aplicación de las sanciones.

Tensión en Congo

Pero los riesgos mayores están en la República Democrática del Congo, donde las tensiones internas y con los países vecinos -Burundi, Uganda y Ruanda- amenazan con que la violencia étnica se extienda por toda la región centroafricana y desemboque en un conflicto abierto. "Esto preocupa al Consejo y por eso hay que tomar medidas preventivas", señala Yáñez. Para encauzar la situación, la ONU quiere reorganizar su misión en la zona (MONUC) y replantear el mandato original para poder impulsar la estancada transición política en el país.

Entre otras medidas, se quiere duplicar el número de efectivos de la MONUC, hasta los 23.000 hombres, y dotarlos de medios para que puedan actuar por la vía de la fuerza si fuera necesario. "Será un trabajo muy técnico, con reuniones de expertos militares", explicó Yáñez, aunque podría toparse con dificultades a la hora de concretar las aportaciones de los países a las fuerzas. El mandato de la MONUC expira a final de septiembre. Además, se deben extender las misiones en Liberia, Sierra Leona, Eritrea y Etiopía. También seguirá el proceso de toma de posesión del Gobierno de transición en Somalia, tras una década de crisis.

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El otro eje de la presidencia española será Haití, donde se examinará el despliegue de la fuerza de estabilización (MINUSTAH), a la que España aporta efectivos y personal militar, de la Policía y de la Guardia Civil. Y también se seguirán de cerca los últimos preparativos de las elecciones en Afganistán. El programa se completa con el primer informe de la ONU y de EE UU sobre Irak y con el examen mensual de Oriente Próximo.

La presidencia va a consagrar el debate general del Consejo de Seguridad, reunido a nivel ministerial el 22 de septiembre, a los aspectos civiles de la gestión de crisis y establecimiento de la paz, con el de potenciar programas y medios y no quedarse en las palabras.

Durante la presidencia española se celebrará la Asamblea General. Los debates arrancarán el 21 de septiembre. Ese día, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, intervendrá ante el plenario para defender el "multilateralismo efectivo" para preserva la eficacia de la ONU.

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