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El comercio abrirá un mínimo de ocho festivos desde 2005

Los grandes centros critican "el paso atrás" en la liberalización

El Gobierno ha reducido de 12 a 8 el mínimo de aperturas comerciales en domingos y festivos. A partir de ahí, las comunidades autónomas tienen libertad para fijar las aperturas, según las circunstancias del sector en cada territorio. La reforma, aprobada ayer para su entrada en vigor en 2005, no escapó a las críticas de las grandes superficies, que lo consideran un "paso atrás" en la liberalización, y alertaron de la pérdida de 7.000 empleos.

La Asociación Nacional de Empresas de Distribución (Anged), que integra a los grandes grupos de distribución, aseguró ayer en un comunicado que pasar de 12 a 8 festivos, como teme que impongan las mayoría de comunidades autónomas, acarreará la destrucción de "unos 7.000 puestos de empleos directos en las grandes superficies".

El texto, aprobado ayer por el Gobierno, que ha solicitado el procedimiento de urgencia para su tramitación parlamentaria para que entre en vigor el 1 de enero de 2005 (fecha prevista por el decreto Rato para la libertad total de horarios), también reduce el horario global de 90 a 72 horas semanales y mantiene la plena libertad de horarios para los establecimientos de menos de 300 metros cuadrados que no pertenezcan a grupos.

Asimismo, mantiene la liberalización para un conjunto de establecimientos que ya venían disfrutando de esta libertad horaria, como pastelerías y panaderías, quioscos, establecimientos en estaciones, puertos y aeropuertos, floristerías, establecimientos situados en zonas turísticas o tiendas de conveniencia.

La memoria económica del proyecto de ley sostiene que la generalización de la apertura de comercios en festivos supone un incremento de costes, que se trasladaría a los precios para todos los consumidores, y constata una evolución negativa de la productividad por metro cuadrado y por empleado en aquellos que dilatan sus horarios.

Entre los pequeños y medianos comercios existe división de opiniones sobre el nuevo marco normativo. El presidente de la Confederación de Comercio de España, Pedro Llorens, señaló que la liberalización "habría supuesto la desaparición del comercio urbano". Además, aseguró que, en el caso de Cataluña, abrir más de ocho festivos "es una barbaridad", que ha quedado demostrada este año con el "fracaso rotundo" de las aperturas en agosto. Llorens se mostró satisfecho de que el PSOE "haya cumplido su promesa electoral".

Sin embargo, la Federación Nacional de Asociaciones de Detallistas de Alimentación y la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA) criticaron que la norma sea de mínimos en lugar de máximos porque se deja "demasiada libertad" a las comunidades para que aumenten las aperturas.

Las organizaciones de consumidores también mostraron disparidad de opiniones. Mientras la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) exhibió su "total desacuerdo" porque la jornada laboral española es muy extensa, la Confederación Estatal de Consumidores y Usuarios (CECU) calificó el texto de "bastante adecuado". Por su parte, el Partido Popular manifestó en un comunicado que el anteproyecto es "restrictivo, contradictorio y contrario a la libertad de actuación de empresas y consumidores".

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