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Reportaje:Verano 2004

Libros con olor a sal

Una 'biblioplaya' incentiva la lectura infantil y juvenil en Garrucha (Almería)

La Playa del Pósito del municipio almeriense de Garrucha se ha convertido no sólo en un lugar donde disfrutar del sol y hacer castillos de arena; sino que, desde mediados de julio, es además una biblioteca. La Biblioplaya se ha abierto este año con el título de Libros con olor a sal y se ha convertido para los más jóvenes en un lugar de cita diaria.

En una carpa abierta de 25 metros cuadrados y una caseta portátil con 30 puestos de lectura, la Biblioteca Municipal de Garrucha, de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento, pone a disposición de los lectores entre 12 y 18 años, un fondo bibliográfico adaptado para ellos. Aunque todo el que se acerca hasta la carpa encuentra una lectura con la que evadir el calor del verano: prensa diaria, revistas, libros de consulta, tebeos o las últimas novedades editoriales para los lectores más intrépidos, sin dejar a un lado un importante número de títulos de literatura infantil y juvenil, libros en su mayoría ilustrados, que consiguen alejar del televisor durante un rato a estos incipientes lectores.

Pero además de leer se puede jugar y la Biblioplaya ofrece la posibilidad de jugar al parchís, al ajedrez o a las cartas. La experiencia de años anteriores sirvió a los munícipes de Garrucha para darse cuenta de que eran los niños y jóvenes de entre 12 y 18 años los que menos acudían a la biblioteca. Haciendo alarde de imaginación, el Ayuntamiento ha puesto en marcha atractivas actividades, talleres en los que los niños se divierten y aprenden sin apenas darse cuenta.

Pero para que participen de todo ello, hay que ponerles muy fácil llegar hasta la Biblioplaya.Es la carpa la que se acerca hasta los niños y se instala frente a una de las zonas más concurridas, frente a la Casa de la Juventud.

Biblioplaya abre por la tarde, después de la siesta y permanece abierta hasta las nueve de la noche. Los martes, por ejemplo, hay una tertulia literaria para adultos que se llama El Pinsapo; los miércoles toca taller literario para los menores de 12 años y que se llama Leo-Leo; el guiñol entretiene a los asistentes más pequeños los jueves, día en que también hay un taller denominado Cuida tu playa.

Asterix y Obelix hacen las delicias de muchos de los que se acercan hasta la carpa, sobre todo de los niños, porque las niñas parecen preferir otro tipo de lecturas un poco más llenas de letras y con menos dibujos. Muchos, aunque tienen la oportunidad de llevarse los libros a casa, solicitando el préstamo en la Biblioteca de Garrucha, prefieren acudir cada tarde hasta la carpa y conjugar un baño con una buena y entretenida lectura, recomendada por el personal de la Biblioplaya o escogida directamente de las estanterías.

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En lo que va de verano han pasado cientos de niños y no tan niños, todos han encontrado la iniciativa municipal muy provechosa y los hay, como Ana, que no se han privado de decir incluso que les "sirve para descansar un rato de los niños, que son agotadores".

Bajo la carpa, les leen para que, a los que no están hechos a la lectura, les pique el gusanillo de una historia llena de intriga, de buen humor o de animales que hablan y se entienden con los niños. Aprenden que la lectura puede unir o separar, que hay diferentes modos de entender una misma historia o que los malos son siempre vencidos por los buenos, como en las historias de Harry Potter o El señor de los anillos, que hacen furor entre jóvenes y mayores que, gracias al cine, se han acercado a estas obras de la literatura fantástica.

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