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FUERA DE CASA
Columna
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'Pulpo jet society'

HAY UN CAMINO al norte-noroeste. Un camino para el reposo de políticos, descanso de empresarios, periodistas, cineastas, diseñadores y demás fauna ibérica que en las rías gallegas, entre pulpos y percebes, regatas y toros, cruceiros y pazos, ve pasar el verano y el humo. Los caminos de la pulpo jet son apacibles y baratos. También pueden ser ruidosos como en la plaza de toros de Pontevedra. La misma que vio a Alberti vestirse de luces en la cuadrilla de Sánchez Mejías, y salir corriendo después de hacer el paseíllo. Entre charangas, Múgica Herzog y Mariano Rajoy, juntos pero no revueltos, se fuman sus puros. Se le ve a Rajoy muy suelto, festivo y haciendo la ola. Tan contento como si supiera perder. Que le dure.

Entre charangas, Múgica Herzog y Rajoy, juntos pero no revueltos se fuman sus puros. A éste se le ve muy suelto y festivo

En la ría de Aldán, desde la terraza de la casa rural que este año ha sido premio Europa Nostra, la misma que conoció los reposos de la principesca periodista enamorada, vemos las tranquilas navegaciones del más discreto y poderoso de la pulpo jet, Amancio Ortega. Liberado de los bullicios de Sanxenxo, fondea en estas caribeñas playas del sur gallego. Hermoso barco. Pero... ¡que veo!, ¡entra otro barco más grande que el suyo! ¿Será el Rey? ¿Serán los Príncipes? Es posible, se rumorea que por aquí resoplan de incógnito. Lo sabe Carlos Gutiérrez, otro de la pulpo jet, el hombre que mejor conduce los coches de la euroejecutiva, Magda Salarich. No, no son las velas reales. Me dicen que este barco, el más grande de la ría, es de José María Castellano. No importa, todo se queda en Zara. ¿Cómo se atreverá Castellano a tener un barco más grande que su jefe? Él sabrá.

Sin barcos, pero con honra, nos encontramos al Responsable de la Política Exterior y Seguridad de la UE, Javier Solana. Enamorado de estas rías. Paseante por sus caminos de castaños, robledales y demasiados eucaliptos ardientes. Sobrio como un monje del Císter y con la tecnología en los bolsillos. El país de Solana, digamos Solania, no es un lugar de los Balcanes, ni de Tin-Tin, sino un país posible dónde los poderosos visten con ropa al precio de las rebajas de Zara. También hay música clásica en I Pod, libros de bolsillo -está terminando, apasionado, La dama de blanco, de Wilkie Collins, y piensa seguir su navegación literaria por esa otra joya de Iris Murdoch, El mar, el mar-, baños en la playa de Lapamán y comidas en compañía de amigos en los menos sofisticados chiringuitos de Aldán, en A Pedra de Hío o en El Playa de Beluso. Pulpo sin jet, acompañado de rape, calamares, xouvas, vino y postre por menos de 20 euros, propina incluida. El más jet de los políticos españoles se empeña en que unas hermosas vacaciones pueden ser baratas, secretas y monásticas. ¿Hay quien dé menos en glamour? Ni siquiera un poco de pulpo deconstruido a lo Toñi Vicente o así. ¡Menos mal que nos queda Zapatero! Al menos, él si tiene una casa, unas vacaciones a la altura, por lo menos, de Aznar. Con su isla, su jet y su gauche divine. Ahorrar es de frailes. Me escapo de Solania, que se me está pegando. Eso sí, me pienso hacer la ruta de los monasterios. El cuerpo me está pidiendo un poco de marcha.

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