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Reportaje:

La memoria de las hormigas

Benicàssim proyecta un monumento en recuerdo de Capi Trillo, artista y personaje de la localidad

María Fabra

De muy pequeño, se caló una gorra de capitán, ganó un concurso de disfraces y dejó de ser Alfonso para convertirse en Capi. Casi entonces, comenzó la vida del artista, del buscador. Excéntrico para algunos, genio para otros, Capi Trillo (Valencia, 1954) no fue, en ningún caso, alguien que resultara indiferente.

Cualquiera que haya paseado por Benicàssim puede encontrar, en decenas de rincones, su legado más visible: sus hormigas. Forjadas en hierro, pintadas en el suelo, escalando un muro, las hormigas de Capi Trillo se han convertido en una de las imágenes de identidad del municipio costero en el que vivió durante muchos años, aunque también pueden encontrarse en otros puntos del litoral castellonense. Pese a que desde su muerte, en 1997, las hormigas de Capi ni han menguado ni han desaparecido, a partir de ahora, su herencia está todavía más garantizada. El alcalde de Benicàssim, Francesc Colomer, presentó ayer la maqueta de la escultura que el consistorio benicense levantará en recuerdo del artista. Una obra en la que se unirán dos grandes símbolos para la localidad como son las Agujas de Santa Águeda, en el Desert de Les Palmes, representadas en tres grandes tallas de piedra y los inconfundibles insectos negros trepando por ellas. Dos símbolos que, además, fueron determinantes en la vida del artista. El primero, como uno de los límites de la geografía universal sobre la que trabajaba, la naturaleza, siempre marcada por el mar. El segundo, muestra de las infinitas metáforas de la vida, y motivo que le llevó a su muerte, cuando buscaba en Cuba ejemplares a las hermanas azules de sus "criaturas".

La escultura ha sido concebida por un equipo encabezado por Reyes Rodríguez y, aunque todavía no se ha determinado el lugar que ocupará, sí está ideada para dar vida a un gran espacio.

El porqué de las hormigas tiene tantas interpretaciones como amigos su creador. Colomer señaló que "marcan una especie de expedición de un mensaje ideal lleno de ternura y solidaridad". Otros las identifican como reflejo de la intensidad de las cosas cotidianas y sencillas. Ayer, uno de sus hermanos, Leopoldo, habló de las hormigas como la silueta del Benicàssim en el que han acabado unidos el pueblo y las villas, con los ejes de comunicación como patas y antenas. Las hormigas de Capi son, en cualquier caso, las hormigas de Capi. Y Capi, a partir de ahora, será eterno, reflejado en sus hormigas sobre las Agujas de Santa Águeda.

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