Zapatero anuncia que reforzará con más policías la lucha contra el terrorismo

José Luis Rodríguez Zapatero se desmarcó ayer de la política antiterrorista trazada por el Ejecutivo de José María Aznar. Tras defender la vigencia del Pacto contra ETA que promovió y firmó con Aznar hace cuatro años, rechazó la utilización de "guerras preventivas" para combatir el terrorismo internacional y homenajeó a los manifestantes que, tras los atentados del 11-M, salieron a las calles a preguntar "¿Quién ha sido?". Era una réplica a las críticas del PP en la comisión de investigación del 11-M dirigidas a quienes acusaron al Gobierno Aznar de mentir. Zapatero también se comprometió a aumentar la plantilla policial para mejorar la lucha contra el terror y a ser escrupuloso en el cumplimiento de la legalidad.

El presidente del Gobierno no había vuelto a hablar sobre terrorismo desde que el 12 de mayo convocó la Comisión de Seguimiento del Pacto Antiterrorista, con la asistencia del secretario general del PP, Mariano Rajoy, y confirmó la vigencia de esa alianza. Ayer, aprovechó la clausura del seminario La lucha contra el terrorismo y sus límites, organizado por la Universidad Complutense y dirigido por el juez Baltasar Garzón, para profundizar en sus posiciones. Marcó claras distancias con la política antiterrorista diseñada por el Gobierno anterior, que presidía Aznar.

En una alocución improvisada, Zapatero distinguió entre el terrorismo de ETA y el terrorismo internacional, lo que no hacía el Gobierno Aznar. Señaló que tanto el PSOE como el PP habían acertado en la estrategia contra ETA con la política unitaria del Pacto Antiterrorista, que contribuye a que la banda pierda toda esperanza de lograr sus objetivos; con la colaboración internacional y el respaldo a las Fuerzas de Seguridad.

No obstante, el presidente del Gobierno, en los ejes de su agenda contra el terrorismo, recogidos en el texto de la conferencia que distribuyó y no leyó, introduce nuevas diferencias, como la búsqueda de la prioridad de la colaboración internacional en los países vecinos, en alusión a Francia y Marruecos, frente al Gobierno Aznar, que la situaba en Estados Unidos, y ampliar la unidad contra el terrorismo al nacionalismo democrático, en contraste con el mensaje de Aznar que identificaba nacionalismo y terrorismo.

Asimismo, confirmó que aumentará los medios y dotaciones de las Fuerzas de Seguridad del Estado en los próximos Presupuestos Generales del Estado para que estén en mejores condiciones para prevenir la actuación del terrorismo. "Esta actuación eficaz no es posible alcanzarla", dijo, "si se reduce el número de efectivos, si se limitan sus dotaciones, si se pretenden salvar responsabilidades políticas desviándolas hacia las Fuerzas de Seguridad", dijo en clara alusión al ejecutivo del PP.

La diferencia con el Gobierno Aznar es aún mayor a la hora de afrontar el reto del terrorismo internacional. Tras señalar que la política unitaria contra el terror es válida, sea éste nacional o internacional, Zapatero avanzó, en contraste con Aznar, que al terrorismo no se le combate con guerras, como la de Irak, que "lo único que pueden provocar es que el fenómeno terrorista se avive". También señaló que el terrorismo de ETA es de distinta naturaleza al terrorismo islamista. Y que en este último caso no se pueden eludir las condiciones en las que se desenvuelve.

Frente al terrorismo internacional propuso fortalecer los servicios de inteligencia, la cooperación entre las naciones y "reavivar el diálogo entre demócratas y pueblos, dar más capacidad a Naciones Unidas respecto al orden internacional, así como una mejor distribución del desarrollo y del progreso en el mundo". Zapatero atacó con rotundidad la explicación del terrorismo internacional como un "choque de civilizaciones". "Que nadie tenga la tentación de correr por el precipicio de una guerra ideológica o choque de civilizaciones".