La mujer que vino del vidrio
ADRIÁN FONCILLAS | Barcelona
Pocos días antes de que naciera Victòria Anna se anunciaba una comisión internacional para supervisar la ética de una técnica que en seis años de vida había incomodado a algunos. "La ciencia no debe dar hijos a quien la naturaleza se los niega", esgrimían los contrarios. La Iglesia católica tardó poco en condenarla.