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Una asociación pide que se prohíba la representación futura de la obra 'Me cago en Dios'

El centro jurídico Tomás Moro, que ya había presentado una querella contra Íñigo Ramírez de Haro por su obra de teatro Me cago en Dios, amplió la querella ayer con otros dos imputados y la petición de que se prohíban nuevas representaciones y que se incauten todos los ejemplares impresos de la obra. Según informó el letrado de los querellantes, Javier María Pérez-Roldán, en la ampliación "se hace patente que la intención del autor era la ofensa y se solicitan medidas cautelares: prohibir la representación de la obra hasta que exista resolución firme, y la incautación de los ejemplares editados de la misma".

"Tales medidas se justifican en la alarma social causada", añadió el letrado, quien aseguró que "obras de este tipo fueron parte responsable de las matanzas desatadas por motivos religiosos en tiempos de la II República Española y durante la Guerra Civil en el bando republicano, y que originaron unos 9.000 asesinatos", añadió.

La asociación solicita que se impute a Joseph Michael O'Curneen, director del Teatro Alfil, y a Rosario Solanas García, representante de la productora La Avispa, representante de Íñigo Ramírez de Haro en las negociaciones con el Círculo de Bellas Artes y el Teatro Alfil, salas en las que se representó la obra.

"La demanda no pretende la defensa del buen nombre de religión alguna, pues en nuestro ordenamiento penal no existe tal posibilidad", agregó el abogado, "lo que defiende es el derecho a la dignidad humana, y el Tribunal Supremo ha señalado que lo religioso no es un aspecto o valor accesorio o circunstancial, sino esencial de la persona, y como tal garantizado por la Constitución".

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