La policía detiene en Bangkok a falsificadores de pasaportes españoles

Agentes de policía de España y de Tailandia han detenido en Bangkok a miembros de una red dedicada a falsificar pasaportes y documentos de viaje que se utilizaban en España, Bélgica, Francia y Nueva Zelanda, según informó ayer el Ministerio de Interior. En la operación fue detenido un ciudadano paquistaní, Iqbal Mamad, de 36 años, y uno tailandés, Echa Kaewprakong, de 31, encargados de distribuir los documentos falsos.

Los dos detenidos integran una banda que actúa en Tailandia y está formada por más de 20 personas, según la nota oficial. En el apartamento donde vivían, en la capital tailandesa, la policía se incautó de 23 pasaportes falsificados: 11 de Nueva Zelanda, en blanco; 10 de Francia, también en blanco; uno de Bélgica, falsificado; y otro de España, personalizado. Además, intervino dos sellos de cruce de frontera, uno de entrada y otro de salida de Singapur. Estos documentos falsos, continúa el comunicado, "son distribuidos por todo el mundo y van a parar a manos de otras organizaciones delictivas, cuya actividad principal es la inmigración ilegal, el terrorismo, el tráfico de estupefacientes y la defraudación".

Para repartirlos por los diferentes países se utiliza a ciudadanos de la Unión Europea, que ocultan la mercancía en el equipaje facturado, siempre según la versión policial, que informa de que cada pasaporte puede alcanzar un precio de 1.500 euros. "Este inmenso tráfico documental proporciona a la red millones de euros al cabo de un año", prosigue. "Cuando se trata de redes de inmigración ilegal, una vez que se han cruzado las fronteras de la ruta, el documento vuelve al taller de producción y, tras una nueva manipulación, vuelve a ser utilizado".

A esos talleres de falsificación también llegan documentos sustraídos en blanco de las oficinas y consulados que emiten los pasaportes. "El precio de estos documentos se sitúa en torno a los 6.000 euros por cada pasaporte, más unos 3.000 euros por la etiqueta de visado Schengen".