Cinco novelas optan al 36º Premio Ateneo de Sevilla, que se falla esta noche
Un total de 293 novelas han sido presentadas al 36º Premio Ateneo de Sevilla, que se falla esta noche en los Jardines del Real Alcázar. El plazo de recepción de originales fue cerrado el pasado 15 de abril. Cerca de la mitad de las obras presentadas -134 novelas- lo fueron también al Premio Ateneo Joven de Sevilla, que celebra su novena edición y está dirigido a autores menores de 35 años. Tras la labor del comité de lectura, han sido seleccionadas para la fase final cinco novelas en el caso del Premio Ateneo y tres obras en la modalidad del Ateneo Joven.
Entre las obras presentadas predominan las novelas de temática histórica, que se elevan a un 36%. Las novelas negras, de intriga y policiacas suponen un 24%. El Premio Ateneo (patrocinado por Cajasur) está dotado con 42.000 euros. El importe del Ateneo Joven (patrocinado por el Ayuntamiento) se eleva a 12.000 euros.
Las finalistas del Premio Ateneo son Las Sirenas del Poseidón, de Carlos Verdier; La puerta abierta, de Felipe Picatoste; Salvador Golomón, de Alexis Díaz Pimienta; Los Náufragos, de Eneas; y El Manuscrito (de la que no consta autor ni pseudónimo). Las finalistas al Ateneo Joven son De fuegos eternos, de Perenela de Landa; Los muertos salados, de David Lorenzo Magariño, y Cómo el amor no transformó el mundo, de Nemo.
El jurado está presidido por Enrique Barrero e integrado por los escritores Fernando Sánchez Dragó, Aurelio Verde, Manuel Gahete, Luis del Val y Marta Santos y por los editores Francisco Prior y Miguel Ángel Matellanes. Las obras ganadoras serán publicadas por la editorial sevillana Algaida el próximo octubre.
Matellanes valoró las novelas presentadas. "La calidad es bastante buena. En un total de cerca de 300 novelas necesariamente tiene que haber un grupo de cierta calidad", comentó el editor. Matellanes señaló que el "problema" radica en saber seleccionar aquellas obras de mayor calidad. El editor afirmó que el Premio Ateneo "sigue teniendo ese valor de plataforma para proyectar a un autor". Y, en este sentido, Matellanes citó los casos de dos premiados en años recientes: Álvaro Bermejo (2001) y María García-Lliberós (2002).
