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VISTO / OÍDO
Columna
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La de Dios es Cristo

Los Guerrilleros de Cristo Rey tienen antigua costumbre de pegar. Deben ser ellos, por su "¡Viva Cristo Rey!" mientras atacaban, los que golpearon a Íñigo Ramírez de Haro, marqués de Cazaza, hermano del conde de Murillo, casado con doña Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, antigua ministra de Cultura, ex presidenta del Senado y actual presidenta de la Comunidad de Madrid tras las elecciones que recordamos como vergonzosas. Íñigo es conocido en el teatro: escribe comedias audaces. Doña Esperanza denunció públicamente la de su cuñado Me cago en Dios -me da grima escribir esa frase: aunque plebeyo, tengo cuidadosa educación- por blasfema. Cientos de articulistas, no creo que todos creyentes, se lanzaron sobre la obra, sin necesidad de verla, con la repetida idea de que ofende a los creyentes. Los no creyentes estaríamos ofendidos por las continuas manifestaciones clericales y civiles, pero nos hemos acostumbrado: mientras no nos quemen. Incluso siendo tan tontos -por lo menos, yo- nos molesta que, según la escandalosa primera página de El Mundo, el ministro del Interior, Alonso, quiera "controlar toda actividad religiosa del culto que sea". Supongo que algunas deben ser más que controladas, como las de los extremistas islámicos o las de los católicos o protestantes (pienso en Bush y Blair). Tampoco va a prohibir la religiosidad de la boda de quienes han de ser reyes de España. Es una exhibición que no corresponde a lo que entiendo por constitucional y por exceso de riqueza en un país pobre y sin viviendas; cito viviendas al recordar también el problema de los tránsfugas que parecía a la cabeza de la conquista por la marquesa de Murillo de la Comunidad de Madrid.

Una vez le sugerí a Sánchez Covisa, fundador de los Guerrilleros, una entrevista pública con el teólogo seglar Miret Magdalena: se negó porque, decía, esa clase de confrontaciones siempre son equívocas. Debía tener razón; con la paliza al marqués de Cazaza y a su actor, el Círculo de Bellas Artes no prorroga la obra y conversa con la Comunidad, que le subvenciona. No sé si alguien la reanudará. Cuento esta historia absurda pero aleccionadora por la mera información. Mucha está en Elenco de la grandeza y el Who's who.

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