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VISTO / OÍDO
Columna
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Regeneración

Algunos regeneracionistas pretendieron una España sensata, racional, ética: por poco los matan. Muchos cayeron, otros huyeron, y algún nonagenario queda escribiendo manifiestos con letra temblorosa; y los esconde debajo de un ladrillo, por si acaso. ZP habla en sus discursos de la refección de lo estropeado. Hay inconvenientes: el prefijo re, que indica un volver a ser: si nunca se ha sido, no se volverá a ser. La democracia no ha existido nunca: ni la libertad, o la felicidad. Se las persigue: la Constitución de Estados Unidos ordena la persecución de la felicidad, y no la alcanzará nunca. Corre más. Todos sabemos que el frío no existe, sino que es la reducción del calor. Existe la desgracia, y cuanto menos desgraciados somos más nos aproximaremos a la felicidad. Se nos engañó con el Reino de los Cielos como un lugar calentito y feliz, aceptamos cantando nuestra desgracia en la tierra. No creo que ZP vaya a destruir esa mentira: Bono le abandonaría, con sus cardenales y sus militares. Estos tiempos son difíciles para implantar lo que se sabe que es real. Probablemente ni siquiera me plantearía esa posibilidad de volver a fundir este buen metal básico español si no fuera por el enorme trabajo que se ha tomado Aznar y cuya obediencia ha impuesto en un partido muy mixto -desde las pistolas herrumbrosas del pistolerismo patronal y falangista hasta las gentes de orden que sólo quieren tranquilidad- en la busca de lo irracional. Por lo menos, volver a la España de antes de Aznar. No es él solo.

Nuestras grandes instancias, Europa y Estados Unidos, aunque cada uno por su lado, han ido creando grandes fallas entre lo que se sabe y lo que no se debe saber. Rompieron la relación entre la ciencia y las humanidades, y procedieron al entierro de las humanidades, que trataban de que todo se hiciera a la medida del hombre. Crearon el sistema de hombres fundamentales para los partidos que eran de todos, y cerraron la democracia dentro. No tocaron la falsedad de las religiones, y defienden como sea que se las respete (yo no respeto ninguna idea; respeto mucho a las personas, crean lo que crean). Hicieron un mundo centrípeto, donde la mejor temperatura está en un centro arbitrario y el frío y la muerte están fuera; y si algunos seres vivos

quieren pasar de los países donde la muerte es rápida a éstos donde la vida es larga, los cazamos, los expulsamos o les bombardeamos, con viejos, mujeres y niños, para que aprendan. ¿Qué vamos a regenerar?

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