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Jesús Caldera | Trabajo y Asuntos Sociales | EL GOBIERNO DE ZAPATERO

La cara socialdemócrata del nuevo Gobierno

Luis R. Aizpeolea

Jesús Caldera será la cara más socialdemócrata del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El futuro presidente del Gobierno ha encargado a este salmantino, de 46 años, la gestión de la política social a través de un macroministerio -Trabajo y Asuntos Sociales-, que dispondrá de numerosas competencias, por ser una persona de su total confianza y por su perfil político combativo y de izquierda. En su entorno socialista más inmediato se le considera un pablista (reivindicador de la memoria del fundador del PSOE, Pablo Iglesias). Pero, aunque su perfil socialista es acusado, tampoco es un doctrinario o un ideólogo. Tiene una formación universitaria amplia -tres carreras-, pero es, ante todo, un hombre de acción, que se ha sentido muy cómodo como miembro del equipo de dirección del Grupo Parlamentario Socialista desde 1993.

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Caldera tiene una gran complicidad política con Zapatero, trenzada a lo largo de una carrera política que recorrieron juntos en el PSOE, en el Congreso, y en el partido, en Castilla y León. Cuando Caldera fue nombrado portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso, en 1993, por Carlos Solchaga, respaldó las iniciativas parlamentarias de Rodríguez Zapatero. Ambos se convirtieron en un eje fundamental de la oposición parlamentaria al Gobierno del PP cuando el PSOE pasó a la oposición, en 1996: Caldera, como portavoz adjunto del PSOE en el Congreso, y Zapatero, como portavoz de la Comisión de Administraciones Públicas.

Cuando en la primavera de 2000 el grupo de parlamentarios socialistas jóvenes, denominado Nueva Vía (Caldera, Zapatero, Juan Fernando López Aguilar, Jordi Sevilla, José Blanco...), que se constituyó en alternativa para presentarse a las elecciones primarias por la secretaría general del PSOE, tras la dimisión de Joaquín Almunia, Caldera no dudó en proponer a Rodríguez Zapatero como cabeza de la candidatura.

Caldera siempre ha visto en Zapatero "una capacidad y una visión política fuera de lo normal", así como un "gran carisma". Y Zapatero ha visto en Caldera una gran capacidad de combate político. Por eso tampoco dudó el nuevo secretario general del PSOE en nombrarlo en julio de 2000 portavoz del Grupo Parlamentario del Congreso para dirigir, desde la oposición, el combate contra el Gobierno del PP en la segunda legislatura de José María Aznar.

Esto explica también que Zapatero no haya nombrado a Caldera vicepresidente político del Gobierno, lo que tenía ganado por la absoluta confianza que deposita en él, sino que lo haya designado titular de una cartera emblemática para la izquierda, que está en la base del programa electoral del PSOE y que requiere mucha energía en la gestión, como es la política social. Caldera será un hombre reivindicativo de la política social hacia dentro y fuera del Gobierno que combinará con su lealtad a Zapatero.

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