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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El modelo debe cambiar

El diagnóstico sobre la política económica que debe desarrollar el Gobierno socialista disfruta de un amplio acuerdo entre los economistas, ex ministros de Economía y agentes económicos. Por una parte, se pide a los nuevos responsables económicos que mantengan el objetivo de estabilidad presupuestaria, puesto que se entiende que el criterio de austeridad en las cuentas públicas es un instrumento eficiente, en realidad, uno de los pocos disponibles, para frenar la inflación. La incorporación de Pedro Solbes como vicepresidente y ministro de Economía al Gobierno de Zapatero parece garantía de esta condición. Solbes fue el ministro de Economía que, durante el último Gobierno de Felipe González, inició la consolidación de las cuentas públicas, que después se ha prolongado durante las dos legislaturas de Aznar. La elección de Solbes es un mensaje claro a los inversores, a los mercados y a los agentes económicos de que no se cometerán extravagancias con el gasto público. Expresa un deseo de continuidad en las cuentas públicas, aunque después se produzcan muchas variaciones en los detalles.

Otra parte del diagnóstico de consenso necesita mayor elaboración. La economía española debe mantener la tasa de crecimiento del PIB y del empleo, pero reduciendo el peso de la construcción y el consumo, es decir, cambiando el patrón de crecimiento dominante durante los últimos ocho años. El desafío principal del nuevo equipo económico es precisamente aumentar la aportación del sector exterior de la economía que evite la dependencia excesiva en la inversión en ladrillo y de la demanda interna. El patrón económico del PP se ha beneficiado de unos tipos de interés excesivamente bajos en relación con la inflación española. Esa ventaja, derivada de que el Banco Central Europeo debe atender a las prioridades de recuperación económica en los países centrales de la Unión Monetaria, no se mantendrá siempre. Y si se produce una subida de tipos de interés, el endeudamiento elevado de las familias puede provocar unos daños en cadena que situarían a las empresas y al sistema financiero en una situación difícil.

El nuevo Gobierno tiene que elevar la apuesta por el capital tecnológico y de conocimiento. Es una tarea necesaria, olvidada por los últimos Gobiernos, para disponer de ventajas competitivas que no sean fácilmente superadas por los países con menor nivel de renta y salarios mucho más bajos, como la mayoría de las diez economías que en mayo serán miembros de pleno derecho de la UE.

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