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MATANZA EN MADRID | Investigación policial

La mina donde trabajó hasta 2002 el asturiano detenido dice que "nunca" le han robado Goma 2

El ex minero avilesino José Emilio Suárez Trashorras, encarcelado por su supuesta vinculación con el suministro de goma 2 a los autores de la masacre de Madrid, trabajó en una explotación de caolín próxima a Calabazos, en el limite de los municipios de Tineo, Salas y Belmonte, en el occidente asturiano. La explotación, una mina de montaña en la que trabajan 35 mineros, es propiedad de la empresa Caolines de Merillés, S. L., perteneciente al grupo Arcillas y Chamotas Asturianas, S. L. (Arcichamotas), con sede social en Oviedo. La empresa admitió ayer que Suárez Trashorras trabajó en esta mina como ayudante minero hasta el 31 de octubre de 2002, en que causó baja por finalización de contrato. La empresa aseguró que desde entonces no habían vuelto a tener noticia de él. Fuentes de la empresa aseguraron que en la explotación "nunca" se ha producido ninguna sustracción de goma 2 y precisaron que el robo de explosivos es "imposible" por el severo control existente sobre esos materiales. Suárez Trashorras ya fue detenido en julio de 2001 en una operación policial en la que fueron localizados 16 cartuchos de dinamita robada.

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Por otro lado, la policía portuguesa detuvo en la madrugada del miércoles a dos españoles, de 50 y 30 años, con 1,1 toneladas de explosivos en la ciudad de Guimarães, en el norte del país. Los dos hombres, que habían viajado desde Asturias sin ser interceptados por la policía española, no explicaron el origen de la mercancía que transportaban, pero aseguraron que los explosivos tenían como destino empresas portuguesas de fuegos artificiales, aunque no tenían ningún permiso de transporte.

Las autoridades portuguesas confirman que la mayoría de los explosivos se destinaban a la pirotecnia, pero hay 200 kilos de explosivos rápidos entre la mercancía intervenida que, normalmente, no es utilizada en este tipo de industria. La embajada española en Lisboa confirma que los indicios llevan a creer tratarse de un caso de contrabando de explosivos, porque uno de los detenidos es hijo de un hombre que trabaja en una fábrica de pirotecnia.

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