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LA TRAGEDIA DEL YAK-42

Las familias de víctimas del Yak-42 acusan a Defensa de ocultar las muestras de ADN

La asociación de afectados solicita que intervenga la fiscalía y un avión para viajar a Turquía

Las familias de los 62 militares muertos en el accidente del Yak-42 el pasado 26 mayo en Trabzon (Turquía) afirman que el Ministerio de Defensa les negó la posibilidad de cotejar la identidad de sus parientes fallecidos mediante análisis de ADN al ocultarles la existencia de muestras de los cadáveres. Ahora que se ha conocido que sí está disponible ese material genético para compararlo con el de los familiares de los fallecidos, éstos acusan al Ministerio de Defensa de "una ocultación de pruebas gravísima" y piden que se les facilite un avión para poder someterse a esos análisis en Turquía.

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La Asociación de Familias Afectadas por la Catástrofe del Accidente Aéreo del Yak-42 (que agrupa a la mayoría de las 62 familias) mostró ayer por boca de sus portavoces la indignación de los parientes de los militares fallecidos con el Ministerio de Defensa.

Carlos Ripollés, presidente de la asociación, aseveró en el programa Hoy por Hoy de la Cadena SER que Defensa nunca les ha "dicho que en Turquía se habían tomado muestras de tejidos para poder efectuar cotejo de ADN, algo que hubiese sido un elemento de tranquilidad", ante las dudas surgidas en relación a la identificación de las víctimas del siniestro. "Ésta es una ocultación de pruebas gravísima y quiero pedir el auxilio y la intervención de la justicia española", remachó Ripollés.

Reclamación judicial

Hubo quien, como Antonio Alarcón, incluso reclamó ante un juzgado civil someterse a las pruebas genéticas, pero su petición fue denegada con el argumento de que el caso no era de su competencia.

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Los familiares reclaman ahora que la justicia actúe de oficio y que la Fiscalía de la Audiencia Nacional (que tiene pendiente resolver un recurso contra el archivo del caso) reclame a Defensa toda la información, explica el abogado de la asociación Eudald Vendrell.

El letrado de una quincena de otros familiares que no pertenecen a la asociación, Carlos Villacorta, afirma sin embargo que el caso, que consideran muy "politizado, les produce "un daño bestial".

"En un primer momento me dijeron que estuviera preparado para hacerme las pruebas, luego no vinieron a hacerlas, y al día siguiente pedí yo que me las hicieran. Volví a a pedirlo al jefe de la unidad de mi hermano y al Ministerio de Defensa", dijo Alarcón.

Alarcón relata que logró contactar con el general Vicente Navarro, uno de los dos médicos militares desplazados a Turquía para participar en la identificación y repatriación de los restos mortales de los fallecidos. "Me dijo que no tuviera ninguna duda, que a mi hermano se le había reconocido por el nombre y no sé qué más. Yo le dije que me habían comentado que se guardaron muestras de tejidos para hacer un cotejo para que nos quedáramos tranquilos y me dijo que eso no era cierto y que no se habían guardado esas pruebas".

Pero un documento relativo a la identificación y las autopsias que obra en el sumario que se sigue en Turquía sobre el accidente aéreo revela que 30 cadáveres de españoles estaban sin identificar cuando se firmó ese protocolo, a las 2.20 de la madrugada del 28 de mayo, diez minutos antes de que se formalizase la entrega de los cadáveres a las autoridades españolas.

El propio general Navarro admitió ayer que el equipo forense turco tomó "muestras sanguíneas exclusivamente para un tipo de determinaciones bioquímicas, incluso para pruebas de alcoholemia, y para poder realizar, en su caso, alguna técnica de identificación mediante el ADN". Ese material genético se encuentra ahora en el Centro de Toxicología de Estambul.

"Hace nueve meses que se podría haber hecho ese proceso de identificación y no someter a las familias a este trago que supone saber que hay algunas irregularidades. Saber a través de las autoridades turcas que existen esas muestras de ADN es un paso que nos teníamos que haber ahorrado", espeta Pacho González Castilla.

Lo que no quieren ahorrarse ahora estos afectados es el análisis que determine de modo indubitado la identidad de los restos inhumados. Para ello, la asociación reclama al Ministerio de Defensa que el avión que les ofreció para llevar a las familias a Trabzon para conmemorar allí el primer aniversario del accidente se ponga ahora a disposición de quienes deseen viajar a Turquía para realizar dichas pruebas, ya que la legislación turca impide que se puedan realizar en España.

Si no logran que Defensa atienda su petición, añade Curra Ripollés, los familiares ya tienen los pasaportes preparados para volar a Turquía por su cuenta: "Tendremos un viaje terrible, pero por lo menos saldremos de dudas en dos sentidos: si nuestras pruebas de ADN coinciden con las pruebas de ADN en Turquía, descansaremos en paz. Y si no coinciden, tocará exhumar cadáveres, darles un entierro digno y que esta historia se acabe ya, porque son nueve meses en los que el Yak-42 se estrella todos los días en nuestras casas".

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