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Reportaje:OFERTAS DE EMPLEO | Los mejores entornos de trabajo

El éxito del 'buen rollo'

El 96% de la plantilla de Danone respalda a su compañía y se siente orgullosa de ella

Que en uno de los despachos de Danone en Barcelona cuelgue un cartel con la leyenda "Relaciones Humanas" para indicar dónde está el departamento de Recursos Humanos, no es casualidad. Francesc Martínez Rius, máximo responsable del área, enfatiza que "nunca han dejado sólo a un empleado frente a su problema profesional". Más allá de la teoría o la consigna machacona, esta frase resume la filosofía de la empresa láctea y explica el porqué sus empleados se sienten orgullosos de estar en ella.

Martínez no esconde su satisfacción al saber que el 96% de la plantilla respalda a la compañía. "Somos una empresa multinacional privada y por su puesto que tenemos nuestros más y nuestro menos con los sindicatos", reconoce el directivo, "pero tratamos de manejar los problemas con una sensibilidad especial".

En 2003 se impartieron 56.700 horas de formación. La empresa invirtió 1,5 millones de euros en este capítulo
Las madres tienen dos semanas más de permiso y jornada reducida. Una de las últimas medidas son los 'tickets-guardería'
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Danone toma la delantera

Estos buenos propósitos se traducen en medidas concretas. En Danone, los trabajadores tienen libertad para llamar a la puerta de Recursos Humanos con cualquier duda, problema o queja, y saben que su petición será resuelta "cueste lo que cueste". El presidente del Comité de Empresa, Francisco García Arias, coincide en que "tener acceso directo a Recursos Humanos, incluso para la cosa más insignificante, es la clave del éxito de la empresa. No hay intermediarios que puedan distorsionar o esconder la información, la comunicación es directa y transparente", insiste García Arias, quien reconoce que aunque la negociación del convenio es larga y complicada, las partes han "aprendido" que han de ir juntas.

Martínez Rius ejemplifica este modelo con el cierre de la fábrica de Ulzama (Navarra) en 1994. "Vimos que la solución pasaba por asegurarnos de que esa gente tuviera una opción de futuro, así que creamos un polígono industrial y a través de prejubilaciones, recolocaciones, e incluso financiación para crear negocios propios, no sólo no se destruyeron puestos de trabajo, sino que éstos se incrementaron de 175 en el momento del cierre a 400 en 2000". "Siendo una empresa solvente", continúa Martínez, "lo fácil hubiera sido pagar a los trabajadores sus indemnizaciones, pasar el mal trago y zanjar la cuestión". El caso se estudia en las escuelas de negocios.

La credibilidad de acciones como ésta se alimenta con otras ventajas como la participación de los empleados en los beneficios de la compañía a través de fondos de pensiones. Danone no tiene horario único. No es igual trabajar en las fábricas, en los centros de distribución o en oficinas. El equipo comercial trabaja fuera con su portátil y su móvil y en las oficinas el horario es flexible, con entrada entre las 8,30 y las 10 de la mañana y salida entre las 5 y las 7 de la tarde.

Las madres trabajadoras tienen dos semanas más de permiso y jornada reducida. Una de las últimas iniciativas para ayudar a las mamás son los tickets-guardería, subvencionados por la empresa. La compañía también facilita la práctica de deporte y actividades socio-culturales. Tiene un convenio con gimnasios de Barcelona y paga la matrícula y la cuota de cada empleado, que sólo debe abonar un euro cada vez que acude al gimnasio.

La mejora de las capacidades profesionales es otra herramienta para favorecer al empleado. Jordi Torroella, responsable de Formación, explica que la formación general se basa en el desarrollo de competencias y se completa con cursos específicos de cada área. En 2003, se dieron 56.700 horas y se gastó 1,5 millones de euros.

Los trabajadores de Danone tienen pocas quejas. Eso sí, el representante de los trabajadores admite que todos querrían "ganar más dinero". También asegura que las fábricas son el mayor foco de quejas. "Tenemos un sistema de clasificación que permite a los obreros reciclarse y mejorar, pero algunos no entienden que haya que hacer este esfuerzo", aclara. El Comité de Empresa, según García Arias, lucha por mejorar la situación de los administrativos, que no tienen ni categoría ni tareas definidas.

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