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Lula acepta que se investigue un caso de corrupción

Juan Arias

El Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva ha aceptado que se abra una investigación administrativa sobre las actividades del destituido asesor Waldomiro Diniz -mano derecha del superministro de la Presidencia, José Dirceu-. El Ejecutivo podría aceptar también la segunda exigencia de la oposición, una comisión parlamentaria que investigue las irregularidades de los juegos clandestinos, lo que supondría indagar en la actuación del ex asesor. La fotografía de primera página del diario O Globo del miércoles es reveladora: Lula da Silva sentado en su despacho, acompañado tan sólo por un gran crucifijo colgado en la pared, la mano izquierda sobre la sien y los ojos cerrados. Es la expresión gráfica de la preocupación que le aqueja tras el escándalo de corrupción que le ha explotado en el despacho encima del suyo. En él trabajaba, como mano derecha de José Dirceu, superministro de la Presidencia, el responsable de las Relaciones con el Parlamento, Diniz, filmado en una reunión con un cabecilla de los juegos clandestinos en la que le pide su apoyo económico a las campañas de varios líderes del PT, hecho que fue dado a conocer por la revista brasileña Época.

Lula destituyó fulminantemente al asesor de Dirceu, pero la oposición, que ha visto con regodeo al PT perder públicamente su virginidad como tradicional partido de la ética, no se conforma con esa medida y exige la creación de una comisión de investigación en el Parlamento y la renuncia de Dirceu hasta que se pruebe su inocencia. La oposición exige también una investigación administrativa de las actividades del ex asesor durante el tiempo que permaneció en su cargo.

La primera reacción del PT y del Gobierno fue la de cerrar filas. Nada de comisiones de investigación, pues los hechos revelados eran de 2002, antes de la formación del Ejecutivo, cuando Waldomiro era director de las Loterías de Río de Janeiro. Nada de investigar al ex asesor sobre su trabajo en la Presidencia pues no existen acusaciones contra él. El PT propuso como alternativa una comisión parlamentaria para investigar "la financiación ilegal de todos los partidos", no sólo del PT.

El portavoz de Lula anunció el miércoles la continuidad de Dirceu. Y José Genoino, presidente del PT, insinuó que detrás del caso podía estar José Serra, presidente del Partido Socialista Demócrata de Brasil, en la oposición, y que disputó las elecciones con Lula, lo que irritó aún más a la oposición.

Las últimas revelaciones de la justicia de que Waldomiro se había encontrado varias veces con el cabecilla de las apuestas clandestinas mientras era asesor y que podría estar involucrado en el blanqueo de dinero del narcotráfico, obligó al Gobierno a modificar su estrategia. Entre los más próximos al presidente se dice que Lula estaría dispuesto a sacrificar a su superministro. Todo menos perder la aureola de abanderado contra la corrupción.El primer caso de corrupción en el Gobierno que pretende moralizar Brasil ha acabado con el sueño del PT de que la política se divide entre puros e impuros.

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