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Reportaje:

Prevención ante el 'botellón'

Gobierno y ayuntamientos tratarán de consensuar con los jóvenes medidas contra el consumo abusivo de alcohol

"Las políticas represivas y prohibicionistas" impulsadas por el PP para atajar el consumo excesivo de alcohol por parte de los jóvenes han sido "un estrepitoso fracaso". Ésta es una de las premisas de las que parte el Departamento de Asuntos Sociales, en manos de IU, que ha puesto en marcha un plan para abordar este fenómeno y los problemas que conlleva desde "la prevención" y "el consenso" con los propios jóvenes, según subrayó ayer su titular, Javier Madrazo.

El panorama en el que Asuntos Sociales echa a rodar su plan está marcado por la progresiva disminución de la edad a la que los jóvenes empiezan a tomar alcohol: en torno a los 13 o 14 años, aunque no es un hábito mayoritario. Del colectivo que tiene entre 15 y 19 años, el 28,5% realiza consumos abusivos los fines de semana y un 16%, ingestas consideradas de riesgo.

En cualquier caso, el periodo de consumo juvenil en fines de semana se está alargando hasta los 25 años. Y la calle va ganando puntos como lugar de encuentro para beber, según los datos aportados ayer por la directora de Drogodependencias, Belén Bilbao, quien precisó que el alcohol que se bebe en los botellones se compra en la mayoría de los casos en los bares y, en menor medida, en tiendas.

De hecho, casi todos los municipios vascos con más de 3.000 habitantes tienen zonas de concentración de jóvenes, aunque no suelen superar las 20 personas. Existen, sin embargo, 15 puntos, localizados en las capitales y en los pueblos cabeceras de comarcas, donde las concentraciones superan el centenar de jóvenes. Son calles o plazas cercanas a los bares y discotecas. Empieza a darse también entre los jóvenes la costumbre de alquilar locales para reunirse a beber.

Éstas son las primeras conclusiones del estudio encargado por el Gobierno a la Universidad de Deusto dentro de su plan. Drogodependencias ha puesto en marcha además una comisión de 12 técnicos municipales de otros tantos ayuntamientos, que analizarán las medidas adoptadas en otras comunidades o países para abordar el consumo juvenil de alcohol y proponer aquellas que consideren más oportunas.

El Ejecutivo, que hace dos años reclamaba a los ayuntamientos a través de Interior más mano dura con el horario de cierre de los bares, quiere huir de "resoluciones unilaterales de la Administración", aseguró Madrazo. Y también es consciente de que "no existen recetas mágicas". Por eso, aunque partan de un protocolo común, será cada municipio, en coordinación con el Gobierno y en función de su realidad social, el que tendrá que determinar qué actuaciones desarrolla.

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Y lo harán tratando de conciliar los intereses y necesidades de todos los colectivos implicados, desde los jóvenes, víctimas en muchos casos de accidentes de tráfico por conducir bajo los efectos del alcohol, hasta los vecinos, que se quejan del exceso de ruidos y suciedad, pasando por los padres, los hosteleros, los comerciantes y la policía. Todos ellos podrán participar en la toma de decisiones. La localidad guipuzcoana de Elgoibar, donde cada sábado se concentran cientos de jóvenes, será el primer municipio con el que colabore Asuntos Sociales.

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