Solidaridad ciudadana
El pasado viernes, 6 de febrero, tomé un autobús de Alsa-Enatcar con trayecto Alicante-Benissa. Cuando estaba estacionado en la parada, me fue sustraído el bolso dentro del propio autobús. Mi situación en ese momento era desesperada, puesto que me encontraba en una ciudad ajena, sin documentación, tarjetas bancarias, dinero ni móvil.
Desde aquí quiero dar las gracias a los tres chicos argentinos que me dejaron utilizar su móvil para poder dar de baja el mío. Gracias a la pareja de la Policía Local que me atendió y, sobre todo, al agente que me trasladó a la Comisaría, me ofreció su móvil y me dio todo el dinero suelto que llevaba. Mil gracias, Sebastián. Y gracias a los agentes de la Policía Nacional que me facilitaron la cancelación de mis tarjetas y me pusieron en contacto con mi familia.
Pero esta cara amable también tiene su cruz, justo la de la persona que más solidaria debería haberse sentido, la responsable de la oficina de Alsa-Enatcar. Sólo conseguí que me permitiera llamar a la policía tras haberme dicho que no podía dejarme entrar en la oficina por ser privada, ni utilizar el teléfono porque no era público y sugerirme que llamara desde una cabina. Ni tan siquiera me extendió el certificado para poder proseguir el viaje hasta Benissa.
La queja ha sido remitida al servicio de reclamaciones de Alsa-Enatcar. A ella sólo puedo desearle que se encuentre alguna vez en una situación similar para que pueda comprobar, de primera mano, la solidaridad de sus conciudadanos.
