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Un acusado de asestar 13 puñaladas a su mujer dice que sólo quería asustarla

"Sólo quería asustarla, porque si hubiese querido la habría matado". Así, Pedro Joaquín Costa Tomás, de 53 años, justificó ayer ante el tribunal la razón que le llevó a asestar 13 puñaladas a su mujer, en noviembre de 2002. El procesado acuchilló a su compañera en el lugar de trabajo de la víctima después de que ésta le manifestara su intención de separarse. El fiscal reclama para el encausado una pena de 14 años de cárcel por un delito de asesinato en grado de tentativa, y una indemnización para la víctima de 24.690 euros.

La sección segunda de la Audiencia de Alicante celebró ayer el juicio a Pedro Joaquín Costa. El imputado reconoció los hechos durante la vista oral, si bien negó que pretendiera asesinar a la mujer. Este extremo fue cuestionado por los médicos forenses, quienes confirmaron que las cuchilladas se realizaron en órganos vitales. "De no ser rápida la asistencia médica, la mujer habría muerto", manifestaron.

El presunto homicida manifestó que "si hubiese querido la habría matado"

Los hechos por los que es procesado ocurrieron el 25 de noviembre de 2002, en una tienda de muebles de Ondara (Marina Alta). La mujer, trabajadora de este establecimiento, llegó al local sobre las cinco menos veinte de la tarde. Allí, según el relato del fiscal, esperaba su marido con un sobre blanco de grandes dimensiones. Entonces, Pedro Joaquín le comunicó que quería hablar en privado con ella.

Ambos se marcharon a la zona de exposiciones del local, de manera que "nadie podía verles". En ese momento, el procesado le preguntó si había pensado bien el asunto de la separación. "Lo tienes claro o vas a volver conmigo", le dijo. Ella negó que volviera a retomar la relación. El hombre insistió, por segunda vez; y obtuvo la misma respuesta de la mujer. Ante esta situación, el marido le reclamó su nueva dirección, pero la mujer tampoco quiso revelarla. Acto seguido, el procesado le extendió el sobre blanco que llevaba en la mano. Y le dijo: "Bueno, esto es para ti".

Sacó la otra mano, que llevaba escondida bajo el sobre, con un cuchillo de cocina y se la clavó a la mujer en el vientre "haciendo presión". Antonia, ya herida, le preguntó porqué lo hacía. "Te voy a matar, te voy a matar", contestó su agresor. Luego, se abalanzó sobre ella y le acuchilló en varias ocasiones en el pecho, muslo y parte superior del abdomen.

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Mientras reclamaba auxilio, la mujer recibió puñaladas en brazos y manos. Pero, al oír los gritos de la víctima, un compañero de la mujer le atizó un duro golpe en la cabeza con un perchero dejándole inconsciente. La intervención de este último impidió que la mujer fuera asesinada.

La víctima, que prestó declaración en una habitación contigua para evitar ser vista por su agresor, corroboró la versión de los hechos del ministerio público. La mujer manifestó además que el ahora su ex marido nunca antes le había inflingido malos tratos. "En ningún momento creí que mi marido me haría daño", afirmó.

Al final de la vista, el abogado de la defensa varió sus conclusiones provisionales. El letrado retiró la libre absolución que reclamó al inicio del juicio, a cambio de un delito de lesiones, castigado con cinco años de cárcel.

Por otra parte, durante la presentación de un curso sobre violencia de género que se celebrará en el Colegio de Abogados de la capital, Vicente Magro informó de que los juzgados de la provincia dictaron 380 órdenes de protección y 1.700 denuncias por maltrato, durante 2003.

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