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Prodi alerta del riesgo de una Europa a dos velocidades si no hay Constitución en 2004

La Comisión y la presidencia de la UE intentan recuperar el debate de la Carta Magna

Gabriela Cañas

La Europa a dos velocidades se abre camino con fuerza tras la crisis desatada por el desacuerdo de la Constitución europea. El presidente de la Comisión, Romano Prodi, se decantó ayer claramente a favor: "Hay que hacer un esfuerzo este año para solucionar el conflicto todos juntos", dijo, "pero no podemos esperar eternamente. No podemos parar Europa. Hará falta avanzar, y alguien tiene que dar un ejemplo". Bertie Ahern, primer ministro irlandés y presidente de turno de la UE, advertía de que el Tratado de la UE ya contempla este sistema de dos velocidades.

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El Colegio de Comisarios del Ejecutivo europeo, con Prodi a la cabeza, mantuvo ayer su primera reunión, ya tradicional, con el Gobierno en pleno de la nueva presidencia, la irlandesa. Una reunión mantenida en Dublín que constató la cierta parálisis que aqueja a la Unión tras el rotundo fracaso de diciembre, cuando los Veinticinco fueron incapaces de despejar el asunto más candente de la Constitución europea: el reparto de poder. Ambos ejecutivos aseguraron haber comenzado ya los contactos para desbloquear este asunto, pero el único acuerdo tangible, por el momento, es el de presentar en la próxima cumbre europea de marzo un informe sobre la situación.

El plazo que tanto Prodi como Ahern han aceptado como incuestionable es el que hace unos días fijó el canciller alemán, Gerhard Schröder: diciembre de este año. A partir de esa fecha, se daría rienda suelta a las dos velocidades, lo que en el Tratado se denomina "cooperaciones reforzadas", que permiten avanzar en determinados asuntos, algo que ya ha ocurrido con el euro o el Tratado de Schengen y que ya se proyecta para Defensa. "De todas formas, lo mejor es avanzar todos juntos", añadió Prodi, que terminó tildando de "obsesivas" las preguntas sobre este asunto y no entró a valorar qué proyectos y qué países podrían formar núcleos duros en el futuro.

Ahern intentó restar hierro al asunto asegurando que no quiere afrontar un fracaso y, aunque barajó el plazo de un año para llegar a un acuerdo, también aclaró que Irlanda pondrá toda la carne en el asador en cuanto compruebe que hay voluntad política y consenso para ello porque desea un tratado constitucional lo antes posible. "No desestimen la capacidad negociadora de Irlanda", bromeó Prodi. Pero, por si acaso, Ahern se explayó sobre todo en cómo se está preparando la transición y la gran fiesta europea, el acontecimiento histórico fijado para el 1 de mayo próximo, en que la UE acogerá a diez nuevos países. Esto tendrá lugar, sin embargo, no sólo en medio de la crisis abierta en Europa por el reparto de poder del texto constitucional al que se opusieron España y Polonia, sino también ante el espinoso asunto de las perspectivas financieras. Seis países contribuyentes netos de la UE (Alemania, Francia, Reino Unido, Holanda, Suecia y Austria) proponen acoger a los nuevos socios en un nuevo club más amplio que gaste menos dinero, limitando el presupuesto al 1% del PIB (ahora está en el límite máximo del 1,27%). Prodi también fue contundente ayer a este respecto: "Hemos demostrado ser capaces de ahorrar, pero con el 1% no podremos lograr los objetivos que los propios gobiernos han fijado".

Tales objetivos, acordados en la Cumbre de Lisboa en marzo de 2000, fueron los de convertir a la UE en 2010 en la economía más dinámica y competitiva del mundo y, para ello, insistió, hay que invertir en dinero y en inteligencia. Sin embargo, detrás de Prodi no hay una posición única mayoritaria entre sus comisarios europeos. Hoy mismo hay una reunión crucial al respecto y una fuente comunitaria decía ayer que el Ejecutivo europeo baraja la posibilidad de presentar el día 25 una propuesta que no será única y que contemplará, probablemente, más de una alternativa.

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Las próximas perspectivas financieras se aplicarían a partir del 1 de enero de 2007 para un plazo aún no fijado, pero que podría ser de otros siete años. Será una etapa crucial para España, que en ese plazo tendrá que perder gran parte de los fondos estructurales que viene percibiendo y que, como recordó Alemania recientemente, suponen el 1% del PIB nacional. Mientras, ayer en Bruselas, en la sede del Parlamento Europeo, se abrieron media docena de paquetes de los que se sospechaban contuviesen bombas incendiarias. Prodi dijo ayer sentirse preocupado por este fenómeno hostil hacia unas instituciones que trabajan con transparencia.

El presidente de la Comisión, Prodi (derecha), y el primer ministro irlandés, Ahern, en Dublín
El presidente de la Comisión, Prodi (derecha), y el primer ministro irlandés, Ahern, en DublínAP

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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